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Yes!

“To learn to read is to light a fire; every syllable that is spelled out is a spark”

Victor Hugo (Les Misérables, 1862)

Against the backdrop of the secular Basque immigration history to the United States of America, a five-year-old girl, Maite Echeto, awaits the return of her father to the Old Country with her mother. In a visit to her cousins’ farm Maite meets a new-born goslin, by the name of “Oui Oui Oui,” that she ends up adopting. As one could imagine this is the beginning of their numerous and unexpected adventures throughout the colorful countryside of the Basque Country in France (Iparralde). Maite and the goslin are the main characters of the children’s book Oui Oui Oui of the Pyrenees.

Oui Oui Oui of the Pyrenees is the posthumous and first short story of Mary Jean Etcheberry-Morton. As a well-known local artist she also illustrated the book with original drawings. Mary Jean was born in 1921 in Reno, Nevada, and passed away in 2008 in Verdi, Nevada. She lived in Iparralde for a number of years in the 1950s. According to her family, “Mary Jean had a vehicle and was popular with the family because the roads then were in bad shape. She lived most of the time in a little house named Bakea, in Laxia of Itxassou [Itsasu], Lapurdi.

Mary Jean’s parents were Jean Pierre Etcheberry and María Simona “Louisa” Larralde. Jean Pierre was born in 1891 in the small town of Saint-Just-Ibarre (Donaixti-Ibarre), in the Basque province of Lower Navarre, Nafarroa Beherea. He arrived in New York City at the age of 18. He worked as a sheepherder in Flagstaff, Arizona, and later on in the Winnemucca area. Jean Pierre arrived in Reno around 1914 and worked for the Jeroux family, a successful rancher at that time. María Simona “Louisa” was born in 1896 in Erratzu in the province of Nafarroa. She was the seventh of ten children, of whom six migrated to Nevada and California. Louisa arrived in New York City in 1914. Upon arrival in Reno, she worked as a maid in the mansion of the Jeroux family. “No doubt this is where she met her future husband Jean Pierre Etcheberry,” Paul Etxeberri, a nephew of Mary Jean, states. They married in 1917 in Reno and had three children: St. John, Paul John and Mary Jean. A decade later, Jean Pierre and Louisa bought a sheep ranch in southwest Reno and managed the Santa Fe Hotel, a successful Basque boardinghouse in downtown Reno, for over thirty years. Jean Pierre passed away in 1943, and Louisa in 1989 at the age of 93.

Mary Jean has now become part of Basque-America’s literary legacy, alongside Frank Bergon (Jesse’s Ghost), Martin Etchart (The Good Oak, The Last Shepherd), Robert Laxalt (Sweet Promised Land, The Basque Hotel…), Gregory Martin (Mountain City), and Monique Urza (The Deep Blue Memory), among others.

Before passing away Mary Jean entrusted her great-nieces, Marylou and Jennifer Etcheberry, with her precious manuscript, although it was just recently published.

Oui-Original-ManuscriptBook cover of Oui Oui Oui of the Pyrenees alongside the original type-written manuscript. Photo by Pedro J. Oiarzabal, July 2013, Reno Nevada.

Oui Oui Oui of the Pyrenees was published by the Center for Basque Studies at the University of Nevada, Reno in 2012, the second book of its Juvenile Literature collection. It follows Mark Kurlansky’s The Girl Who Swam to Euskadi, published in 2005 in English and Basque. With more than eighty titles ranging from diaspora and migration books to graphic novels it is by far the largest publishing house in the world on Basque topics for the English-speaking audience. Not shy to admit that academic presses should welcome other types of non-academic quality literary works, the Center for Basque Studies has issued a call for the first annual Basque Literary Writing Contest. (Please note: Entries closed on September 15, 2013.)

Marylou-EtcheberryMarylou Etcheberry, proud great-niece of Mary Jean Etcheberry-Morton, poses with a copy of Oui Oui Oui. Photo by Pedro J. Oiarzabal, July 2013, Elko, Nevada.

Oui Oui Oui of the Pyrenees is a welcoming breath of fresh air for the English-speaking reader, and especially for its younger members, regardless of their ethnic and cultural background. I hope that many more titles would follow the adventures of Maite and her goslin.

My dearest darlings,” Jacque, Maite’s father, writes. “This is the letter I’ve dreamed of writing for four long years…Our future in America looks bright, and I can look forward to having my darlings with me…” This might well echo the wishes of many families that became strangled due to the physical separation upon leaving their homes and their loved ones behind. It very much resembles the family histories of our recent past. For Maite and her mother, it marks the beginning of a new quest.

Many thanks to Paul Etxeberri for gathering information on the Etcheberry family.

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Algunas personas buenas

“El olvido lleva al exilio, mientras que la memoria es el secreto de la redención”

(Baal Shem Tov, 1698-1760)

En memoria de Julio Aróstegui

Estas breves palabras, profundamente reflexivas, custodian la salida del museo de historia en Yad Vashem—la Autoridad para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto—en Jerusalén. Tan solo hace unos días, el 27 de enero, se celebró el “Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto”, cuya fecha, rememora aquel 27 de enero de 1945, cuando el Ejército Soviético entró en Auschwitz-Birkenau (Polonia), liberando lo que posteriormente fue definido como el mayor campo de exterminio del nazismo, y una de las mayores atrocidades en la historia contemporánea de la humanidad.

Pedro Junkera Zarate nació el 22 de noviembre de 1930 en Bilbao donde transcurrió su infancia hasta que con seis años fue evacuado junto a su hermana Ángeles, de ocho años, y cientos de otros niños vascos a Bélgica. Tras unos días en una colonia, los llevaron a Bruselas donde dos matrimonios decidieron hacerse cargo de ellos. Un matrimonio joven, formado por Jules Caillaux y Éva Samain, acogió a Pedro al que trataron como a un hijo, y a los que él cariñosamente siempre se ha referido como “papá” y “mamá”. Sus padres de acogida se desvivieron por él durante los tres años que vivió con ellos. Ángeles fue repatriada en 1939, y un año más tarde, también lo sería el propio Pedro. Bélgica ya no era un lugar seguro. A los pocos meses de la repatriación, el país fue invadido por Alemania. A lo largo de los años mantuvo el contacto con sus padres de acogida, y pudo visitarles, por primera vez, con veinte y tantos años, en un reencuentro que define como muy emocionante.  Poco conocía de los hechos de su padre Jules durante la Segunda Guerra Mundial y que fueron desvelándose a lo largo de los años.

Jules Caillaux nació el 31 de octubre de 1900 en Péronnes-lez-Binche, en la provincia valona de Hainaut. Fue voluntario en el Ejército Belga en 1918 durante la ocupación alemana del país en la Primera Guerra Mundial, y combatiente entre 1940 y 1945 durante la Segunda Guerra Mundial, y por cuya participación recibió un gran número de medallas honorificas. El 20 de noviembre de 1980, Yad Vashem reconoció a Jules Caillaux, de oficio electricista, como uno de los “Justos de las Naciones” por la protección otorgada a dos familias de origen judío—la familia de Roman Wachtel, refugiados de Austria, y el belga Oscar Fischer—quienes residían en su pueblo, Ohain, al sur de Bruselas. Jules impidió que las familias fueran arrestadas por los alemanes que les buscaban, cobijó a Fischer, y les consiguió tarjetas de racionamiento. Este reconocimiento es una de las mayores distinciones que se otorga a aquellas personas altruistas que salvaron a judíos durante el Holocausto. Jules falleció en Tournai el 29 de diciembre de 1985. Pedro asistió a su funeral el 3 de enero de 1986.

Junkera_1Pedro Junkera y Jules Caillaux, el 6 de junio de 1938, en Ohain, Bélgica. Imagen: Cortesía de Pedro Junkera.

Facundo Sáez Izaguirre nació el 27 de octubre 1917 en Donostia-San Sebastián. Afiliado al sindicato anarquista, Confederación Nacional del Trabajo, luchó a favor de la Republica y del recién constituido Gobierno de Euzkadi, con tan solo 18 años. Fue hecho prisionero en 1939, y le dieron a elegir entre trabajos forzados o unirse a la Legión. Decidió alistarse, escapándose al de poco tiempo. Atravesó la frontera siendo recluido en los campamentos de internamiento construidos para albergar a los refugiados que huyeron tras la Guerra Civil. Facundo estuvo en los campamentos de Saint-Cyprien y Gurs. En Gurs se le sitúa junto a su hermano Francisco, al que se le supone afiliado a la Unión General de Trabajadores. Tras la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939, se inicia la Segunda Guerra Mundial. En un corto periodo de tiempo, durante mayo de 1940, Alemania invade Francia, Bélgica, Los Países Bajos y Luxemburgo. En julio de 1940, el gobierno francés inicia su colaboración con Alemania, lo que provocó un amplio movimiento de resistencia interna en el que destacan los grupos de guerrilla, —popularmente conocidos como Maquis—, y en el que Facundo participó activamente. Hecho preso, fue enviado a Lorient (Bretaña) como mano de obra extranjera para construir la base de submarinos de Keroman entre 1941 y 1942 y 1944, formando parte de lo que se denominaría el “Muro del Atlántico”: una serie de fortificaciones militares alemanas en la costa atlántica cuyo objetivo era evitar una invasión marítima del Reino Unido. Una vez más consiguió escaparse. Tras viajar más de 730 kilómetros hacia territorio vasco, fue nuevamente detenido en febrero de 1944 en Hendaia. Trasladado en un tren de mercancías con miles de presos, fue deportado al Campo de Concentración de Neuengamme (Alemania). En mayo de 1945 tropas británicas liberaron Neuengamme.

A su regreso a Iparralde, Facundo pudo reunirse con su familia en Ciboure a finales de la década de 1940, conociendo por primera vez a su hijo José, quién había nacido en septiembre de 1936 durante la evacuación de Donostia-San Sebastián, de camino hacia Bilbao, en plena Guerra Civil. A través de la Organización Internacional para los Refugiados, Facundo junto a su mujer Cándida Sagarna, José y sus otros hijos pequeños (Mari Luz y Javier), tomaron rumbo hacia Santiago de Chile. Décadas después, Facundo y Cándida decidieron regresar a Euskal Herria. Facundo falleció en Donibane Lohizune, el 29 de agosto de 2008, a los 90 años de edad.

Facundo2Facundo Sáez Izaguirre en el centro, con ropa más oscura, con los Maquis. Imagen aportada por Pedro Oyanguren. Según comenta Oyanguren, el Gobierno Alemán envió a Facundo el reloj de pulsera que le fue requisado en el momento de su detención en 1944, treinta o cuarenta años después.

Me gustaría realizar un llamamiento para localizar a los milicianos y gudaris que participaron en la Guerra Civil y que a día de hoy puedan encontrarse residiendo fuera de Euskal Herria. Personas corrientes con historias extraordinarias que han vivido momentos históricos de indudable transcendencia. De la misma manera que es importante recordar, lo es el hecho de poder preservar esa memoria para evitar que todas estas historias caigan en el olvido.

[Mi más sincero agradecimiento a Pedro Oyanguren, José Sáez Sagarna, y a Yad Vashem y Pedro Junkera Zarate por la información aportada sobre Facundo Sáez Izaguirre, y Jules Caillaux y Éva Samain, respectivamente. Las entrevistas realizadas a José Sáez y a Pedro Junkera forman parte del proyecto de investigación sobre emigración, exilio y retorno vasco (e-Etorkinak, Bizkailab) de la Universidad de Deusto.]

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