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Recap: Volume II, 2012

The year 2012 marked the 75th anniversary of the evacuation of thousands of Basque children as a result of one of the darkest periods in European contemporary history—i.e., the Spanish Civil War. Its consequences in Basque soil were shattering, particularly for the civil society and its children. In 1937, over thirty small towns and villages in Bizkaia were intentionally bombarded by Generalissimo Francisco Franco´s Nazi allies to demoralize the Basque resistance. This provoked a massive organized departure of its youngest population. Some of the children were exiled to the former Union of Soviet Socialist Republics, having to endure, also, the outbreak of World War II. Many of them even enlisted in the Red Army (“No place for children,” March post).

Some of the children´s testimonies were collected in an oral history video—“Gure Bizitzen Pasarteak—Fragments of our Lives”—as part of an ongoing project that also took me to the land of the Basques in the United Sates (“#EuskalWest2012,” September post). The research attempts to uncover the lives of Basque migrants and exiles who had returned to the Basque Country as a way to make sense of the “injured” collective memory of an entire generation, which, undoubtedly, needs to be healed by acknowledging their sacrifice and suffering (“Mundos invisibles”—“Invisible worlds,” November post).

America was quite present in the blog throughout the year. It is well known the historical significance of this continent for the Basques as it has become a second home for hundreds of years, weaving a tight web of emotional geographies (“Etxea”—“Home,” April post). It is also known, to a certain extent, the relevance of some of the Basque migrants and descendants in the history of their countries of residence as in the cases of Julián Irízar (Argentina) and Jean Esponda (United States). Basque-Argentinian Lieutenant Commander Irízar led a successful rescued expedition in 1903 to the Antarctica, which also became the first official voyage of Argentina to the continent. One of the islands in the Antarctic Argentine Islands was named in his honor (“The Irízar Island,” February post). On the other hand, Johnson County, Wyoming, designed a flag to commemorate the State Fair´s 100th anniversary, which depicts the Ikurriña or Basque flag in order to honor the county´s Basque origins. This goes back to the arrival of Jean Esponda in 1902 from the Old Country. The Johnson County´s flag is the first official Basque flag outside the European homeland (“The Flag,” August post).

Also, we commemorated the 100th anniversary of the Basque Fellowship Society “Euskal Erria” (Sociedad de Confraternidad Vasca) from Montevideo (Uruguay), the Basque Center Zazpirak-Bat from Rosario (Argentina), and the Basque Home (Euzko Etxea) from Santiago de Chile (Chile). These diaspora associations as many others worldwide are good examples of tenacity and steadiness (“ehun”—“100,”May post; “En nuestro propio mundo”—“In our own world”, June post, respectively).

Similar to last year, the most visited post also happened to refer to politics (“Tiempo de promesas”—“Time for promises,” October post). In the occasion of the elections to the Parliament of the Basque Autonomous Community, I attempted to explain the reasons behind the traditional low participation of diaspora Basques, and the importance, in my opinion, for the diaspora to be involved in homeland politics. It is there where diaspora politics are designed and shaped. It is there where the voices of the Basques abroad need to be heard.

Confronted with one of the most acute crisis that recent generations have witnessed, let´s remember Viktor Frankl´s— a Holocaust survivor—words, “When we are no longer able to change a situation, we are challenged to change ourselves.” Indeed, new but difficult times are ahead of us (“Tiempos nuevos”—“New times,” December post).

In June, Basque Identity 2.0, celebrated its 3rd anniversary. Special thanks to our colleagues from eitb.com, A Basque in Boise, and About the Basque Country for their continuous support.

Thank you all for being there. I would love to hear from you. Happy New Year!

Eskerrik asko eta Urte berri on!

(NOTE: Please feel free to use Google automatic translation service…it seems to have improved, just a little bit).

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Tiempo de promesas

“Las promesas son olvidadas por los príncipes, nunca por el pueblo”

Giuseppe Mazzini (1805-1872)

Aquellos vascos de la diáspora que han optado por participar con su voto en las sucesivas elecciones al Parlamento de la Comunidad Autónoma de Euskadi lo han hecho de forma muy coincidente en su preferencia política a la de sus conciudadanos residentes en el país. Sin embargo, mientras, por ejemplo, en las elecciones al Parlamento Vasco de 2009 casi un 65% de las personas residentes en Euskadi con derecho al voto lo ejercieron, en la diáspora el porcentaje no llegaba al 16. Lo que es evidente es que todo voto tiene su relevancia, aunque ésta sea muy relativa. En una clara disputa entre el Partido Socialista (PSE-EE PSOE) y Eusko Alkartasuna (EA) por el designio de un asiento parlamentario por la provincia de Araba, el voto de la diáspora otorgó el escaño al PSE-EE PSOE, facilitando la elección de Patxi López como primer Lehendakari no nacionalista vasco sin necesidad de más apoyo que el de sus compañeros de grupo parlamentario y el de los del Partido Popular (PP).

Según el Censo Electoral de Residentes Ausentes en las elecciones al Parlamento de Euskadi del próximo 21 de octubre de 2012 podrán votar 56.640 electores residentes en el extranjero con municipio de inscripción en Euskadi de un total de 1.718.696 electores. Es decir, el voto de la diáspora representa un 3,29% del total del electorado vasco.

Número de electores vascos residentes-ausentes en el extranjero por países con más de 999 electores vascos (Fuente: Instituto Nacional de Estadística, septiembre de 2012).

País de Residencia Nº Electores
FRANCIA

9.979

ARGENTINA

9.740

VENEZUELA

5.378

MÉXICO

5.263

CHILE

3.939

ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

3.287

REINO UNIDO

3.094

ALEMANIA

1.927

URUGUAY

1.411

SUIZA

1.079

BÉLGICA

1.069

Tal y como muestra la tabla el mayor número de países con más de 999 electores vascos se encuentra en el continente americano, constituyendo un 51,30% del total del electorado vasco en el extranjero. A éste le sigue el electorado residente en países de Europa con un 30,31%.

Según indica la Oficina del Censo Electoral, del total de vascos residentes-ausentes que viven en el extranjero inscritos en Euskadi que podían solicitar el voto por correo para las próximas elecciones vascas, solamente un 11,15% (6.320) de ellos lo han hecho: 3.000 se encuentran inscritos en municipios de Gipuzkoa; 2.767 en municipios de Bizkaia; y 553 en ayuntamientos de Araba. El mayor número de vascos registrados para votar se encuentran en los siguientes países: Francia (2.310), Argentina (759), Reino Unido (397), Alemania (366), y Estados Unidos (334). Esto significa que el electorado de la diáspora en relación al total del electorado vasco ha disminuido drásticamente hasta un paupérrimo 0,36%! ¿Desidia, hartazgo con la clase política, falta de compromiso político con el autogobierno vasco, despreocupación por Euskadi…o simplemente el desconocimiento de la implantación del voto “rogado”? Sinceramente no me atrevo a aventurar una respuesta sin disponer de más información. Todo indica que la complejidad del nuevo sistema de voto rogado establecido en 2011 (Ley Orgánica 2011, de 28 de enero)—por el que todo residente-ausente tiene que comunicar personalmente y por escrito su voluntad de votar—ha propiciado que la participación de comunidades emigrantes como la asturiana o la andaluza en sus respectivos comicios autonómicos de 2012 haya caído a mínimos históricos. Por ejemplo, en las elecciones al Parlamento Gallego de marzo de 2009, un 28,7% de gallegos residentes en el extranjero votaron. Con la introducción del voto rogado, un mero 5,9% del electorado de la diáspora gallega va a poder ejercer el derecho de voto en las elecciones al Parlamento Gallego del 21 de octubre.

Como explica la Oficina del Censo Electoral los residentes en el extranjero pueden votar depositando personalmente su voto en el consulado o embajada en la que se encuentre inscrito—entre el 17 y el 19 de octubre—o bien remitiendo su voto por correo certificado a las sedes diplomáticas antes del 16 de octubre. Ahora bien, ¿cuántos de los 6.320 ciudadanos vascos que han solicitado el voto ejercerán tal derecho? ¿Cuántos se abstendrán? ¿Cuántos votos serán nulos o irán en blanco?

En la otra cara de la moneda política de nuestro peculiar mundo, los cuatro grandes partidos de la escena política vasca han tenido en cuenta, aunque con diferente intensidad y empatía, a la diáspora en sus respectivos programas electorales de cara a la cita electoral del 21 de octubre. ¿Dónde queda la sociedad vasca más allá de las fronteras de Euskadi para los partidos políticos que concurren a las elecciones al Parlamento Vasco?

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Bajo el eslogan “#somos+del51% los que nos sentimos Vascos y Españoles” Antonio Basagoiti, candidato del PP a Lehendakari, aboga por la desaparición de las Delegaciones del Gobierno Vasco en el exterior, sojuzgando toda acción exterior del Gobierno Vasco a la red de embajadas y consulados del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España. Desde el “Estamos en lo que hay que estar. Guk, gure bidea” Patxi López, candidato del PSE-EE PSOE a Lehendakari, promete en su Programa Electoral promover “la Ley del Estatuto de los Vascos en el Exterior, como herramienta que establezca un reconocimiento ordenado de los derechos de la ciudadanía vasca en el mundo y fortalezca su relación con Euskadi. La Ley deberá recoger también una serie de medidas que faciliten el retorno, el acceso a programas educativos, a la asistencia social, a programas sanitarios o de vivienda”. Ambos partidos de ámbito estatal tienen una amplia representación institucional en el extranjero: PP en el Exterior y PSOE en el Mundo.

La coalición Euskal Herria-Bildu (EH-Bildu), formada por la izquierda abertzale y los partidos Aralar, Alernatiba y EA (con presencia institucional en Argentina), se presenta bajo el lema “Soluzioak zure esku. Es tu momento”. En el apartado de Relaciones Exteriores del Programa Electoral marcan entre sus objetivos fundamentales “estrechar los vínculos con la Diáspora Vasca y los países en los que se integra…” Proponen, entre otras iniciativas, elaborar un “Plan Integral de Juventud de la Diáspora”, un “Plan de Fomento de la participación de la mujer en los centros vascos”, y la creación de un “Centro de Estudios sobre la Migración Vasca”. EH-Bildu ha incluso elaborado un video-mensaje de Laura Mintegi, candidata a Lehendakari, dirigido a la diáspora.

Eusko Alderdi Jeltzailea-Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV) cuenta con la mayor presencia institucional en el extranjero de todos los partidos políticos del ámbito vasco a través de sus históricas Juntas Extraterritoriales de Argentina, Chile, México y Venezuela. Bajo el eslogan “Euskadi Berpiztu. Nuestro Compromiso con Euskadi. Aurrera” el candidato a Lehendakari, Iñigo Urkullu defiende en su Programa Electoral “Compromiso Euskadi” la creación de la red “Global Basque Network” que integre a agentes empresariales en el exterior, las oficinas permanentes y delegaciones del Gobierno Vasco y el mundo asociativo de la diáspora. A su vez se compromete, también, a “reforzar los lazos con la diáspora vasca” con 6 iniciativas: “apoyar a las colectividades y Centros Vascos en el exterior” (por ejemplo, aboga por establecer programas para la formación de las personas jóvenes asociadas a los centros vascos y continuar la recuperación de la memoria histórica de la diáspora); “divulgar la realidad vasca actual en los centros vascos”; promocionar “intercambios juveniles con la diáspora” (por ejemplo, pretende desarrollar un programa de captación de talentos y de promoción de prácticas en empresas vascas entre los jóvenes de los centros vascos repartidos por el mundo); “potenciar las relaciones con las personas vascas en el mundo” a través de la creación de un portal de comunicación en Internet que sirva de relación a todas las personas de origen vasco dispersas por el mundo; “extender la red de centros vascos”; y, finalmente, “desarrollar, con la asistencia, propuesta y colaboración de las colectividades de la diáspora vasca, la política de cooperación y apoyo a los centros, federaciones y a los ciudadanos vascos en el exterior”.

Las elecciones al Parlamento Vasco del 21 de octubre se van a producir en el contexto del fin de la actividad armada de ETA, de la participación de todas las expresiones ideológicas, y de una brutal crisis socio-económica, resultado de un empobrecimiento ético de ciertos sectores de la elite política y financiera. La inclusión de la diáspora vasca en los programas electorales de los principales partidos políticos da cierta normalidad a las relaciones que han de existir entre un país y aquellos de sus ciudadanos que residen en el extranjero. El voto de la diáspora, cuantitativamente hablando, y más aun tras la implantación del voto rogado, no es decisivo en la elección de uno u otro candidato. Quizás por esto, por la falta de un interés partidista en búsqueda de réditos electorales, la voz de la diáspora debe ser más que nunca escuchada y los derechos de los ciudadanos vascos que la conforman protegidos. También ellos, aunque no residan en este momento entre nosotros, son parte de la sociedad vasca—de una sociedad vasca transnacional, abierta y plural. Hoy es tiempo de promesas…

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En nuestro propio mundo

“Chile es el país más vasco entre los de América”.

Gabriela Mistral (“Tala”, 1938)

De esta manera tan rotunda, Gabriela Mistral (bautizada con el nombre de Lucila Godoy Alcayaga) describía Chile en el contexto de la tragedia fratricida que estaba asolando su tierra ancestral y la pasividad cómplice del mundo occidental:

“Es mi mayor asombro, podría decir también que mi más aguda vergüenza, ver a mi América Española cruzada de brazos delante de la tragedia de los niños vascos. En la anchura física y en la generosidad natural de nuestro Continente, había lugar de sobra para haberlos recibido a todos, evitándoles los países de lengua imposible, los climas agrios y las razas extrañas. El océano esta vez no ha servido para nuestra caridad, y nuestras playas, acogedoras de las más dudosas emigraciones, no han tenido un desembarcadero para los pies de los niños errantes de la desgraciada Vasconia. Los vascos y medio vascos de la América hemos aceptado el aventamiento de esas criaturas de nuestra sangre y hemos leído, sin que el corazón se nos arrebate, los relatos desgarrantes del regateo que hacían algunos países para recibir los barcos de fugitivos o de huérfanos. Es la primera vez en mi vida en que yo no entiendo a mi raza y en que su actitud moral. Me deja en un verdadero estupor.”

Las palabras de Mistral, “una mestiza de vasco” tal y como se definió en su día, dieron fruto en época de Pedro Aguirre Cerda, Presidente de la República de Chile (1938-1941), también de origen vasco. Aguirre Cerda, comprometido con la causa republicana española, nombró a Pablo Neruda Cónsul Especial de Chile para la Emigración Española convirtiéndose en el enlace oficial con el Gobierno de la Republica de España y el Gobierno Vasco en Paris. Tras un mes de singladura por el Atlántico y el Pacífico el 3 de septiembre de 1939 el carguero Winnipeg arribó al puerto de Valparaíso desde una lejana Francia con cerca de 2.200 refugiados de la Guerra Civil Española, entre ellos un significante número de vascos. Trascurridas cuatro décadas, Neruda recordaba aquellos días en “Para nacer he nacido” (1978) de la siguiente manera:

“Ante mi vista, bajo mi dirección, el navío debía llenarse con dos mil hombres y mujeres. Venían de campos de concentración, de inhóspitas regiones del desierto. Venían de la angustia, de la derrota y este barco debía llenarse con ellos para traerlos a las costas de Chile, a mi propio mundo que los acogía. Eran los combatientes españoles que cruzaron la frontera de Francia hacia un exilio que dura más de 30 años”.

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Imagen del Presidente Aguirre Cerda desplegada por los refugiados del Winnipeg a su llegada al puerto de Valparaíso. Fotografía: BBC Mundo.

Otros vascos de otras migraciones se encontraban desde tiempo atrás asentados en diversas localidades del país. En 1915, parte de la comunidad vasca de Valparaíso se organizaba entorno al Centro Vasco Chileno de Socorros Mutuos, embrión de lo que más tarde sería Eusko Etxea-Casa Vasca, creada en 1943 tras la visita al país del Lehendakari José Antonio de Aguirre en 1942. La visita se enmarcaba en una gira que le llevó a recorrer diez países americanos. No alejada de conflictos internos, la asociación se vio abocada a desaparecer, y no es hasta 1999 que un grupo de personas retoma el nombre de la histórica casa vasca.

Tres años antes de la conformación del Centro Vasco de Valparaíso, Santiago de Chile era testigo de la constitución de su primer Centro Vasco, hermanándose en la distancia con las ciudades de Montevideo (Uruguay) y de Rosario (Argentina), las cuales vieron durante el mismo año surgir entre sus comunidades de emigrantes vascos la Sociedad de Confraternidad Vasca “Euskal Erria” y el Centro Zazpirak-Bat, respectivamente.

El paso del tiempo, los relevos generacionales, y los acontecimientos políticos y socio-económicos en Europa—la Guerra Civil, el exilio, el Gobierno Vasco en el exilio, la postguerra, y la Segunda Guerra Mundial—tendrán consecuencias directas en las numerosas colectividades vascas de América y particularmente en sus asociaciones, verdaderos faros en los rompeolas americanos de la emigración y el exilio vasco durante décadas. Dentro del devenir del propio Centro Vasco de Santiago de Chile en 1931 se crea Euzko Gastedija (Juventud Vasca) con un compromiso político claro en relación al emergente movimiento nacionalista vasco de Euskadi.

No es de extrañar que ante el aporte ideológico de los recién llegados y coincidiendo con la visita del Lehendakari Aguirre a Santiago de Chile, ambas instituciones, Euzko Gastedija y el propio Centro Vasco, asuman su unificación, convirtiéndose posteriormente en la institución que hoy conocemos como Euzko Etxea, no haciendo discriminación en el origen de los vascos, ya fueran de un lado o del otro de los Pirineos, a la vez que establecían una nueva sede social en la actual Avenida Benjamín Vicuña Mackenna. Su construcción se inició en 1957.

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Euzko Etxea de Santiago de Chile, 1960. (Fotografía cortesía de Pedro Oyanguren).

El pasado 15 de marzo Euzko Etxea celebró su primer centenario de vida. Durante el acto conmemorativo el Presidente de Euzko Etxea, José María Narvarte atestiguaba con sus palabras esa necesidad inherente al emigrante o exiliado de recrear un propio mundo vasco, situado entre el país de origen y el país de acogida, donde comenzar de nuevo, con la esperanza de que el esfuerzo realizado durante tanto tiempo tenga continuación:

“El vasco que abandona su pueblo, por distintos motivos y en distintos períodos de la historia, vive dos vidas: una soñando el anhelado retorno y otra, luchando día a día abriéndose un espacio vital, el de la subsistencia en otra tierra, en otro idioma, entre otras gentes. Y desde siempre, en ese diario vivir, le urge la necesidad de buscar un lugar de encuentro con los suyos, emulando instituciones, conservando sus tradiciones y su lengua… Nuestra casa cumple 100 años… Recordamos a los que ya no están y que hicieron posible su creación y su desarrollo y recibimos con los brazos abiertos a sus nuevos integrantes, savia nueva que hará posible perpetuar el sueño”.

Zorionak Euzko Etxea!!

Mi agradecimiento a Pedro Oyanguren y a Palmira Oyanguren por su inestimable ayuda.

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“Vengo del desierto y vi a mi abuelo sembrar en el desierto… Siembra en una tierra árida y luego espera. Si cae la lluvia, recolecta… Un día, usted marcha sobre una tierra completamente quemada, luego llueve y lo que sigue, usted se pregunta cómo ha podido producirse: tienes flores, verdor…porque los granos ya estaban ahí… ¡Hay que sembrar! ¡Incluso en el desierto, hay que sembrar! …Siembro y si mañana llueve, está bien, y si no, al menos los granos están ahí, porque ¿qué va a pasar si no siembro? ¿Sobre qué caerá la lluvia? ¿Qué es lo que va a crecer, piedras? Es la actitud que adopto: sembrar en el desierto”.

(Moncef Marzouki, Mayo 2010)

No es difícil imaginar a aquellos pioneros de la cultura y de la política vasca, surgidos de las comunidades de emigrantes y exiliados de finales del siglo XIX a lo largo del continente americano, aunando esfuerzos con grandes dosis de sacrificio y sorteando todo tipo de obstáculos con el objetivo de lograr que las semillas que en su día plantaron pudieran germinar y florecer en tierra extraña, por muy árida y hostil que fuera. En sí se convirtieron en verdaderos “sembradores de cultura”—como le gusta recordar a Mikel Ezkerro.

Este año se celebra tanto el centenario de la Sociedad de Confraternidad Vasca “Euskal Erria” de Montevideo (Uruguay) como el del Centro Zazpirak-Bat de Rosario (Argentina), ambas fundadas en un intervalo de dos meses. Aun estando ubicadas en ciudades separadas por más de 700 kilómetros, con el transcurso del tiempo fueron entrelazadas por oleadas de emigrantes provenientes de muy diversos lugares de Europa entre los que se encontraban vascos de ambas vertientes de los Pirineos. A pesar de la emancipación de las colonias americanas, la emigración vasca continúo hacia América, eligiendo destinos como Chile y el Río de la Plata—hoy en día Argentina y Uruguay. Se estima que entre la década de 1830 y principios del siglo XX decenas de miles de vascos emigraron legalmente al Nuevo Mundo. Durante el siglo XIX, los territorios vascos estuvieron plagados de crecientes dificultades socio-económicas al igual que de una sobrecogedora inestabilidad política, en forma de revoluciones y guerras que empujaron a muchos de sus ciudadanos a emigrar, tanto para mejorar su calidad de vida como simplemente para salvarla. Bien es cierto que el siglo XX no fue más amable para los vascos que las anteriores eras. La Guerra Civil Española y las dos guerras mundiales forzaron a miles y miles de vascos al exilio, a los que se sumaron aquellos otros de carácter económico como consecuencia de la postguerra.

A lo largo de estos 100 años la transmisión de la identidad vasca dentro de las propias colectividades ya sea en Argentina o en Uruguay ha sido altamente exitosa, y suficientemente abierta y atractiva propiciando la incorporación de personas que se han educado en otros marcos culturales y de identidad. Como escribí en su momento “la identidad vasca, al igual que otras muchas identidades en el mundo actual es, ante todo, una identidad permeable, elástica, múltiple, que se negocia, renegocia, construye y reconstruye constantemente en los diversos contextos temporales y espaciales en los que se desenvuelve, y en los que conviven diversidad de referentes y repertorios identitarios, abiertos, y ajerárquicos”. Por todo ello no es de extrañar, por ejemplo, que la Cámara Nacional de Representantes de Uruguay haya homenajeado a los fundadores de Euskal Erria, y por ende a la colectividad vasca de la capital, por su contribución al desarrollo del país o que el Gobierno Provincial de Santa Fe y la Municipalidad de Rosario hayan declarado de interés público todos los actos que lleve a cabo el Zazpirak-Bat como conmemoración de su centenario.

eErriaMendeurrenSeilu-haSello conmemorativo del centenario de la Confraternidad Vasca de Euskal Erria. Imagen: Dirección Nacional de Correos de Uruguay (25 de mayo de 2012).

El trabajo abnegado de un número determinado de personas a lo largo y ancho de nuestras diásporas vascas, a la vez que un ejemplo a imitar, es aun más valioso en un contexto de casi nula emigración, de envejecimiento de la población del exterior, y en muchos casos de una falta de relevo generacional que pueda reactualizar imaginativamente la herencia cultural y a la vez fortalecer el entramado institucional existente. Aquellos vascos de Rosario y Montevideo, y de tantos otros lugares, quizás jamás pensaron que las semillas que plantaron en su día les sobrevivieran, florecieran como lo han hecho, y pudieran auto-perpetuarse generación tras generación hasta llegar a día de hoy. Sin ninguna duda también se encontraron con numerosos problemas pero decidieron continuar hacia adelante.

¡Hay que sembrar! ¡Incluso en el desierto, hay que sembrar!”

Zorionak Euskal Herria eta Zazpirak-Bat!!

¿Conoces a algún “sembrador” de cultura vasca en tu colectividad, en tu país? ¿Te gustaría compartir su historia?

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The Irízar Island

“Many hundred dreams have been dreamed in our island but I do not know if they helped to brighten our existence. They grouped themselves around two objects—food and rescue”

(Carl Skottsberg at Paulet Island, 1903)

In the Antarctic Argentine Islands of the Wilhelm Archipelago lies a pretty tiny island called Irízar (65° 13′ 0″ S, 64° 12′ 0″ W). The Argentine Islands are a group of sixteen islands, which were named as such by Jean-Baptiste Charcot—scientific leader of the first French Expedition to Antarctica that took place between 1903 and 1905—in gratitude to the Republic of Argentina. One of the islands was named in honor of Basque-Argentinian Lieutenant Commander Julián Irízar who had previously led the rescue of the failed Swedish Antarctic Expedition in 1903.

map_3031_64_303_400_400The Antarctic Irízar Island (Map source: Australian Antarctic Data Center)

It was the era of the international scientific and geographical exploration of Antarctica, which, in turn, also favored private commercial pursuits (e.g., the whaling industry) and fuelled the feeling of personal adventure by becoming, for example, the first person to reach the geographical South Pole. This era was initiated by the Belgian Antarctic Expedition, sponsored by the Belgian Geographical Society and led by navy officer Adrien de Gerlache in 1897, and it concluded in 1922 with the British Shackleton–Rowett Expedition. This was considered the last significant scientific voyage before the introduction of the aerial exploration in the late 1920s, which opened up a modern era for Antarctic discovery. It also meant the slow end of the maritime voyages of scientific exploration that began in the late 17th century.

During more than two decades sixteen major polar expeditions were launched by Belgium, the United Kingdom, Germany, Sweden, France, Japan, Norway, and Australia. It was some time before the revolution in transport and telecommunications technologies, and all pioneers’ efforts were confronted with the crude hostility of an unknown continent. Many crew members suffered severe injuries and others died under extreme weather conditions, lack of supplies, illnesses, and accidents.

The 1901 expedition led by Swedish scientist Otto Nordenskjöld and Norwegian explorer Carl Anton Larsen soon was about to face the hardships of Antarctica. As part of an agreement with the government of Argentina, military geologist José María Sobral Iturrioz joined the crew of Antartic, the expedition’s steamship. He became the first known Argentinian (and first Argentinian of Basque origin) to live in the southernmost continent of the planet. Nordenskjöld and five of his men were dropped off at Snow Hill Island in 1902 to establish a campsite from where to carry their work for one winter, while Captain Larsen sailed back to Malvinas. In November 1902 Larsen returned for Nordenskjöld and his group, but the ship was crushed by ice and finally sank 25 miles from Paulet Island. Both parties had to spend another isolated winter while ignoring each other’s fate. Their nightmare just began. A young sailor, Ole Christian Wennersgaard died in June 1903.

Concerned about the members of the expedition, Sweden, Argentina and France began to make arrangements for their rescue. Meanwhile, Carlsen’s party managed to reunite with Nordenskjöld’s group at Snow Hill where were successfully rescued by Lieutenant Commander Julián Irízar and its corvette Uruguay in November 1903. On December 2, 1903, the steam relief ship safely arrived at Buenos Aires after dealing with a huge storm that destroyed the mainmast and the foremast. It was greeted by tens of thousands of people. The rescue was considered one of the most triumphant and heroic episodes in the history of Antarctica as echoed by the international press of the day. It was also the first official voyage of Argentina to the frozen continent. Upon return Irízar was promoted to Captain.

Uruguayx10The corvette Uruguay (Photo source: Fundación Histarmar)

Among the 22 members of the Uruguay, the surgeon, José Gorrochategui, was also of Basque ancestry. Irízar and Gorrochategui were the first known Basques or Argentinians of Basque origin who set foot on the Antarctic continent (in addition to Sobral). Sobral Iturrioz was born in Gualeguaychú and Gorrochategui in Concepción del Uruguay, both in the province of Entre Ríos. Irízar was born in Capilla del Señor, in the province of Buenos Aires, in 1869 and died in Buenos Aires in 1935. Gorrochategui’s parents were from the Basque province of Bizkaia—his father was from Bilbao and his mother from Bermeo. Irízar’s parents were also Basque migrants, but this time they were from the province of Gipuzkoa; his father, Juan José Irízar was from Oñati and his mother, Ana Bautista Echeverría from Zumarraga.

On December 10, 1903, the Basque association Laurak-Bat of Buenos Aires organized a banquet to honor Irízar and his crew for the rescue of the Swedish Antarctic Expedition as well as for Sobral Iturrioz. During the ceremony, Irízar and his officers were given a silver-plated copper medal, while the sailors might have received a copper medal. The Basque-language inscription in the silver medal read: “Guidontzi “Uruguay”-ko adintari Julian Irizar Jaunari. Biltoki “Laurak-Bat”-ek” (Obverse); “Joair Doaitea “Antartic”-ari laguntzeko * Buenos Aires 1903 * (Reverse). (“The Center “Laurak-Bat” to Mr. Julian Irizar, captain of the ship “Uruguay” that leaves to help out the “Antarctic” * Buenos Aires 1903 *”).

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The banquet at the Laurak-Bat clubhouse (Photo source: La Baskonia, Number 368: 1903).

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The Laurak-Bat Irízar Medal (Images source: La Baskonia, Number 368: 1903). According to Glenn M. Stein, FRGS, polar and maritime historian, “this may very well be the only polar-related medal ever created in the Basque language.

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Irízar became Admiral of the Argentine Navy and retired after 50 years of military service. Through his career Irízar received many distinguished awards including the insignia of Chevalier (Knight) of the Legion of Honor of France. On the 50th anniversary of the rescue, the Argentinian government built a monolith at the Buenos Aires port to commemorate “la hazaña de Irízar” (Irízar’s heroic deed). In 1979, the icebreaker of the Argentina Navy was named Almirante Irízar in his honor. The corvette Uruguay became a naval museum in 1967, and nowadays it is moored to the dock of Puerto Madero, Buenos Aires. The Argentine Antarctic summer base, built in 1965, was named after Lieutenant Sobral, considered the father of Argentinian explorations in Antarctica.

For more information (in Spanish) see: “1903 – Hazaña de la corbeta Uruguay y la colectividad baskongada” (Luis Héctor Carranza, 2003) and “Julian Irizar y la ‘Uruguay’” (Martha González Zaldua, 2003).

Many thanks to Shannon Sisco at the Basque Library, University of Nevada, Reno

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Sueños vascos en tierras americanas

Desde mediados del siglo diecinueve a mediados del siglo veinte, los Estados Unidos de América fueron testigos de la llegada de millones y millones de inmigrantes, mayormente de origen europeo. Entre ellos se encontraban miles de vascos procedentes de ambas vertientes de los Pirineos. Se estima que durante ese periodo de tiempo aproximadamente 12 millones de inmigrantes atravesaron Ellis Island, la llamada “puerta a América”, en su llegada al puerto marítimo de Nueva York. Hoy en día, el origen de un tercio del total de la población estadounidense se remonta a aquellos primeros inmigrantes que llegaron al país a través de Ellis Island.

Ellis Island está situada al norte de Liberty Island, donde se encuentra la Estatua de la Libertad (La Libertad Iluminando al Mundo) erigida en 1886, símbolo por excelencia del llamado “sueño americano”. En la base de la Estatua de la Libertad está inscrito el poema “El Nuevo Coloso” de Emma Lazarus. El poema refleja perfectamente el espíritu de aquella América. Describe a la estatua como la “madre de los exiliados”, mientras Estados Unidos es imaginada como “la puerta de oro” de entrada a un nuevo mundo para los recién llegados, lejos de opresiones y pobreza. América ofrecía a todos estos inmigrantes suplir las carencias de sus países de origen. Les ofrecía la posibilidad de libertad en términos religiosos y políticos y de prosperidad económica en términos de una cuasi-ilimitada movilidad social. Muchos vascos al igual que muchos de sus vecinos europeos optaron por emigrar para conseguir una mejor calidad de vida y mayores cuotas de libertad que las dejadas en sus países de origen. Eran los sueños de vascos, italianos, o irlandeses que intentaban hacer realidad en tierras estadounidenses, al igual que previamente habían intentado conseguir, con mayor o menor éxito, en países como Argentina, Uruguay o Chile.

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(The Martin Hotel, Winnemucca, Nevada. Photo by Pedro J. Oiarzabal)

Algunos de aquellos emigrantes que a base de esfuerzo, sacrificio y trabajo duro pudieron ahorrar el suficiente dinero, optaron por regresar a sus casas después de años de ausencia. ¿Cuándo creéis que todos esos emigrantes consiguieron alcanzar el “sueño americano” o el “sueño vasco en tierras americanas”? ¿Creéis que lo alcanzaron en América o a su regreso a la Euskal Herria añorada?

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Escribí tiempo atrás como los procesos de modernización e industrialización que tuvieron lugar en nuestro país desde mediados del S. XIX atrajeron a cientos de miles de inmigrantes procedentes de todos los rincones de España. Estos, al igual que hicieron los miles y miles de vascos que emigraron particularmente a Argentina, Uruguay, Chile y al Far West norteamericano durante esos mismos años, no sólo portaban sus enseres más básicos sino una pléyade de tradiciones culturales e identidades que pronto tendrían una plasmación institucional en lo que algunos denominan como “casas provinciales”, “regionales” o “autonómicas”, donde se aúnan y retroalimentan sentimiento y acción.

La comunidad gallega en Barakaldo estableció en 1901 el “Centro Galego de Bizkaia”, convirtiéndose en el segundo más antiguo del mundo de la comunidad diaspórica gallega, tras erigir en Uruguay el “Centro Galego de Montevideo” en 1879. Tres años antes, en esa misma cuidad rioplatense fue creada la primera asociación moderna de la diáspora vasca, el “Laurac Bat”, como respuesta a la abolición de los fueros. Por el mismo motivo se estableció la asociación también llamada “Laurak Bat” en Buenos Aires en 1877. Ese mismo año se creó una asociación vasca en Manila, y en 1878 se fundó la “Asociación Vasco-Navarra de Beneficencia” en La Habana. En 1881, “La Ciudad de las Columnas” fue a su vez testigo del nacimiento de la “Sociedad de Beneficencia de Naturales de Andalucía y sus Descendientes”, la asociación de andaluces más antigua del planeta. En 1895, en una exuberante Buenos Aires, se crearon el “Centre Basque-Français” y el “Centro Navarro”. En Bahía Blanca, al suroeste de la provincia de Buenos Aires, se fundó en 1899 la “Sociedad Laurak Bat de Socorros Mutuos” (rebautizada como “Unión Vasca de Socorros Mutuos”). En 1901 se fundó también en Buenos Aires la “Asociación Cultural y de Beneficencia Euskal Echea” llegando a ser la primera asociación vasca extraterritorial que integró con gran éxito a naturales y descendientes de ambas vertientes de los Pirineos.

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Tras este pequeño periplo histórico, malabar de fechas, nombres y lugares, regresamos a la Euskadi de principios del S. XX, y es que en 1903 la comunidad castellana procedente de Burgos establece la “Colonia Burgalesa en Bilbao” (hoy en día el “Centro Burgalés de Bilbao”) siendo una de las más decanas de la diáspora castellana. A día de hoy, la diáspora vasca ha establecido 211 asociaciones—socio-culturales, recreacionales, educacionales, políticas y de negocios—en 24 países: Alemania, Andorra, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, China, Colombia, Cuba, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Suiza, Reino Unido, Republica Dominicana, Uruguay, y Venezuela.

Igualmente las comunidades de emigrantes gallegas, andaluzas, castellanas o extremeñas, entre otras, se multiplicaron a lo largo de los años. Por ejemplo, la diáspora extremeña agrupa a 121 asociaciones en cinco países. Tan sólo hay 12 fuera del Estado Español. En Euskadi, con una población de aproximadamente 80.000 nacidos extremeños, hay 17 agrupadas en la “Federación de Asociaciones Extremeñas de Euskadi, Veturia” (creada en 1984 con sede en Santurce), que cuentan con un total de 3.000 socios en Andoain, Astrabudua-Erandio, Barakaldo, Bilbao, Donostia-San Sebastián, Durango, Ermua, Galdakao, Lasarte-Oria, Legazpi, LLodio, Mondragón, Renteria, Santurce, Tolosa, Vitoria-Gasteiz, y Zarauz. Con referencia al desarrollo e implantación de comunidades andaluzas a lo largo del mundo, hay identificadas unas 351, pero solamente 63 se encuentran fuera del Estado Español. En Euskadi, con una población de más de 36.000 personas de origen andaluz, la “Federación de Asociaciones Regionales Andaluzas en Euskadi, García Lorca” (creada en 1986) agrupa a 13 asociaciones con aproximadamente 3.000 socios en Arrasate-Mondragon, Barakaldo (hay 3), Durango, Ermua, Lasarte-Oria, LLodio, Portugalete, Renteria, Sestao, Santurce, y Vitoria-Gasteiz. De manera similar, la diáspora gallega ha establecido 322 asociaciones en 29 países. En Euskadi se estima que residen más de 50.000 gallegos nacidos en Galicia, los cuales han constituido 14 asociaciones o centros federados en la “Irmandade de Centros Galegos en Euskadi”: 2 en Barakaldo (A, B), Bilbao, Deba, Donostia-San Sebastián, Eibar, Elgoibar, Ermua, LLodio, Ondarroa, Santurce, Sestao, Vitoria-Gasteiz, y Zarauz. Este 21 de Junio se celebra en Ansio, Barakaldo el “XXIV Día de Galicia en Euskadi”. Finalmente, hay 130 comunidades castellanas y leonesas registradas con la Junta de Castilla y León. De éstas 28 se encuentran en Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, Guatemala, México, y Uruguay. La mayoría de ellas están asociadas a la “Confederación Internacional de Casas Regionales de Castilla y León”. Euskadi, tras Madrid, es la comunidad autónoma que tiene más asociaciones castellano-leonesas del Estado. Cuenta con 22 asociaciones registradas con la “Federación de Centros de Castilla y León en el País Vasco” (con sede en Barakaldo). Las asociaciones se encuentran en Astrabudua-Erandio, 5 en Barakaldo, Basauri, 5 en Bilbao, Donostia-San Sebastián, Durango, Eibar, Ermua, Leioa, LLodio, Portugalete, Santurce, Sestao, y Vitoria-Gasteiz.

Hoy en día, Euskadi es un pueblo de pueblos, entrelazados como hermanos; un pueblo de culturas, tradiciones e idiomas. Es un pueblo de emigrantes e inmigrantes donde se convive inmerso en una multiplicidad de complejas realidades socio-económicas, de herencias culturales, de tradiciones políticas, y de lealtades identitarias. Euskadi es una diáspora de diásporas—vasca, gallega, andaluza, castellana, extremeñamagrebí…un lugar de convivencia entre diferentes.

Esto nos sitúa ante debates de gran interés, como es el de la relación entre la idea de ciudadanía (legal-administrativo) y la de pueblo (cultural-identidad), y las distintas referencias y apelaciones que desde ambos se hacen ante las sociedades y los individuos. Sobre todo esto seguiremos proponiendo y reflexionado…

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