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¿Verdad?

“!Madrid, Madrid! ¡Qué bien tu nombre suena, rompeolas de todas las Españas! La tierra se desgarra, el cielo truena. Tú sonríes con plomo en las entrañas”

(Antonio Machado, 7 de noviembre de 1936)

Reno

Eran las 8 de la mañana del 11 de marzo de 2004. Me acababa de despertar y entre esas rutinas de la vida del aquel entonces, la prioridad era encender el ordenador, consultar los correos y ponerme al tanto de la prensa. Entre la correspondencia electrónica, destacaba el correo “Urgente” de una amiga de Donostia. Nos pusimos hablar por el Messenger:

—   ¿Has leído el periódico? ¿Te has enterado de lo que ha ocurrido…?

—   Me acabo de levantar.

—   Mira las portadas de los periódicos de Madrid…horrible…es espantoso…

ETA había sesgado la vida de docenas de personas en atentados simultáneos en el corazón de Madrid.

—   No me lo puedo creer. ¿Has sido ETA?

—   Bueno, las noticias ya no son tan claras…dicen que puede haber sido Al-Qaeda.

Recuerdo las horas y los días que siguieron a los atentados como si de una verdadera pesadilla se tratase. Las llamadas a casa y a los amigos con el objeto de conocer de primera mano lo que estaba sucediendo en Euskadi y en España se repetían constantemente. La lejanía imponía una mayor dosis de incertidumbre, temor e impotencia. Los medios de comunicación en Estados Unidos se volcaron con la noticia reverberando el siniestro 11-S de 2001. La maquinaria diplomática internacional del gobierno de José María Aznar propagando a los cuatro vientos la responsabilidad exclusiva de ETA en la masacre de Atocha se había puesto en marcha. Aun luchando contra el discurrir del tiempo y del descubrimiento de indicios que apuntaban a la autoría de Al-Qaeda, incluso en la pequeña localidad estadounidense de Reno, Nevada, las televisiones locales seguían entrevistando a más que dudosos personajes, a los que se presentaba como expertos internacionales en la lucha antiterrorista, que no vacilaban en atribuir los asesinatos a ETA. La rabia y un grado considerable de culpabilidad ante la posibilidad de que hubiese sido ETA invadieron a todos los que componíamos tanto el Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada, Reno como a la comunidad vasca del país. En el contexto de la volátil situación de desinformación al que nos veíamos sometidos, Joseba Zulaika, en aquel momento director del Centro, y William Douglass, su cofundador, realizaron una gran labor antes los medios locales, nacionales e internacionales para reestablecer una cierta calma desde la cautela.

Madrid

Ante la ya más que plausible evidencia que Al-Qaeda se encontraba detrás de los ataques, la obstinación del Gobierno de España en demostrar a todas luces que había sido ETA era en sí una gran huida hacia adelante que fue frenada (momentáneamente) por la pérdida de la Elecciones Generales del 14 de marzo. La percepción de la sociedad era, según Cristina Flesher Fominaya, “que había sido deliberadamente engañada para la obtención de réditos electorales”. La indignación y la movilización popular de los ciudadanos el día 13 de marzo hicieron el resto. La victoria del Partido Socialista Obrero Español marcó el final de cuatro días para no olvidar en la historia reciente de España.

¿Cuál fue el precio que pagó el gobierno de Aznar en el sostenimiento de la teoría conspiratoria incluso después que se hiciera a todas luces claro que ETA no estaba detrás de los ataques en Madrid? En el décimo aniversario de los atentados de Atocha, cuando ya la historia oficial de los hechos ha sido probada más allá de cualquier duda (incluso judicialmente), la teoría conspiratoria, aunque ya de marcado carácter minoritario, pero persistente en ciertos sectores del Partido Popular, sigue ahora intentando, por ejemplo, desentrañar la “necesaria cooperación” entre ETA y Al-Qaeda para la comisión de los atentados. ¿Qué se gana en el mantenimiento de esta teoría conspiratoria cuando los hechos no se corresponden y no sostienen la negación de la realidad tal y como sucedió? Según argumenta Ted Goertzelhay una lógica similar en todo los grupos conspiratorios…no intentan probar tanto que su interpretación es la verdadera sino intentan buscar errores en lo que la otra parte está sosteniendo”.

Tarajal

En la madrugada del pasado día 6 de febrero 15 jóvenes de origen subsahariano fallecieron al intentar entrar a nado en la ciudad autónoma de Ceuta tras el intento fallido de hacerlo por tierra. El hecho de haber sido recibidos por pelotas de goma lanzadas por la Guardia Civil española desde la orilla, no hace más que incidir en el hecho de la progresiva deshumanización de las instituciones que nos gobiernan, más preocupadas por mantener el estatus quo de unas fronteras artificiales que de la asistencia humanitaria a las víctimas de tan trágico acontecer. El director de la Guardia Civil amenazaba con querellarse contra todas aquellas personas u organizaciones que insinuasen que la benemérita tenía alguna responsabilidad por acción u omisión en el fatal suceso. ¿Cuál sería la lógica que se encontraría detrás de todos estos grupos e individuos por denunciar públicamente una situación en la que fallecieron tantas personas y reclamar una responsabilidad sino política al menos ética si ésta no tuviese un alto grado de veracidad?

Parafraseando a Machado, Tarajal se convirtió en el rompeolas final de los sueños y esperanzas de estas 15 personas que encontraron la muerte en sus aguas. Las fronteras se han convertido, en palabras de Harald Bauder, “en los principales lugares contemporáneas donde las desigualdades e injusticias, hegemonía y opresión son creados”. ¿Llegaremos a saber la verdad?

Adhiérete a la campaña de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado con el objetivo de reunir al menos 100.000 firmas que obliguen al Gobierno a retirar las concertinas de las fronteras de Ceuta y Melilla.

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Tiempo de promesas

“Las promesas son olvidadas por los príncipes, nunca por el pueblo”

Giuseppe Mazzini (1805-1872)

Aquellos vascos de la diáspora que han optado por participar con su voto en las sucesivas elecciones al Parlamento de la Comunidad Autónoma de Euskadi lo han hecho de forma muy coincidente en su preferencia política a la de sus conciudadanos residentes en el país. Sin embargo, mientras, por ejemplo, en las elecciones al Parlamento Vasco de 2009 casi un 65% de las personas residentes en Euskadi con derecho al voto lo ejercieron, en la diáspora el porcentaje no llegaba al 16. Lo que es evidente es que todo voto tiene su relevancia, aunque ésta sea muy relativa. En una clara disputa entre el Partido Socialista (PSE-EE PSOE) y Eusko Alkartasuna (EA) por el designio de un asiento parlamentario por la provincia de Araba, el voto de la diáspora otorgó el escaño al PSE-EE PSOE, facilitando la elección de Patxi López como primer Lehendakari no nacionalista vasco sin necesidad de más apoyo que el de sus compañeros de grupo parlamentario y el de los del Partido Popular (PP).

Según el Censo Electoral de Residentes Ausentes en las elecciones al Parlamento de Euskadi del próximo 21 de octubre de 2012 podrán votar 56.640 electores residentes en el extranjero con municipio de inscripción en Euskadi de un total de 1.718.696 electores. Es decir, el voto de la diáspora representa un 3,29% del total del electorado vasco.

Número de electores vascos residentes-ausentes en el extranjero por países con más de 999 electores vascos (Fuente: Instituto Nacional de Estadística, septiembre de 2012).

País de Residencia Nº Electores
FRANCIA

9.979

ARGENTINA

9.740

VENEZUELA

5.378

MÉXICO

5.263

CHILE

3.939

ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

3.287

REINO UNIDO

3.094

ALEMANIA

1.927

URUGUAY

1.411

SUIZA

1.079

BÉLGICA

1.069

Tal y como muestra la tabla el mayor número de países con más de 999 electores vascos se encuentra en el continente americano, constituyendo un 51,30% del total del electorado vasco en el extranjero. A éste le sigue el electorado residente en países de Europa con un 30,31%.

Según indica la Oficina del Censo Electoral, del total de vascos residentes-ausentes que viven en el extranjero inscritos en Euskadi que podían solicitar el voto por correo para las próximas elecciones vascas, solamente un 11,15% (6.320) de ellos lo han hecho: 3.000 se encuentran inscritos en municipios de Gipuzkoa; 2.767 en municipios de Bizkaia; y 553 en ayuntamientos de Araba. El mayor número de vascos registrados para votar se encuentran en los siguientes países: Francia (2.310), Argentina (759), Reino Unido (397), Alemania (366), y Estados Unidos (334). Esto significa que el electorado de la diáspora en relación al total del electorado vasco ha disminuido drásticamente hasta un paupérrimo 0,36%! ¿Desidia, hartazgo con la clase política, falta de compromiso político con el autogobierno vasco, despreocupación por Euskadi…o simplemente el desconocimiento de la implantación del voto “rogado”? Sinceramente no me atrevo a aventurar una respuesta sin disponer de más información. Todo indica que la complejidad del nuevo sistema de voto rogado establecido en 2011 (Ley Orgánica 2011, de 28 de enero)—por el que todo residente-ausente tiene que comunicar personalmente y por escrito su voluntad de votar—ha propiciado que la participación de comunidades emigrantes como la asturiana o la andaluza en sus respectivos comicios autonómicos de 2012 haya caído a mínimos históricos. Por ejemplo, en las elecciones al Parlamento Gallego de marzo de 2009, un 28,7% de gallegos residentes en el extranjero votaron. Con la introducción del voto rogado, un mero 5,9% del electorado de la diáspora gallega va a poder ejercer el derecho de voto en las elecciones al Parlamento Gallego del 21 de octubre.

Como explica la Oficina del Censo Electoral los residentes en el extranjero pueden votar depositando personalmente su voto en el consulado o embajada en la que se encuentre inscrito—entre el 17 y el 19 de octubre—o bien remitiendo su voto por correo certificado a las sedes diplomáticas antes del 16 de octubre. Ahora bien, ¿cuántos de los 6.320 ciudadanos vascos que han solicitado el voto ejercerán tal derecho? ¿Cuántos se abstendrán? ¿Cuántos votos serán nulos o irán en blanco?

En la otra cara de la moneda política de nuestro peculiar mundo, los cuatro grandes partidos de la escena política vasca han tenido en cuenta, aunque con diferente intensidad y empatía, a la diáspora en sus respectivos programas electorales de cara a la cita electoral del 21 de octubre. ¿Dónde queda la sociedad vasca más allá de las fronteras de Euskadi para los partidos políticos que concurren a las elecciones al Parlamento Vasco?

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Bajo el eslogan “#somos+del51% los que nos sentimos Vascos y Españoles” Antonio Basagoiti, candidato del PP a Lehendakari, aboga por la desaparición de las Delegaciones del Gobierno Vasco en el exterior, sojuzgando toda acción exterior del Gobierno Vasco a la red de embajadas y consulados del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España. Desde el “Estamos en lo que hay que estar. Guk, gure bidea” Patxi López, candidato del PSE-EE PSOE a Lehendakari, promete en su Programa Electoral promover “la Ley del Estatuto de los Vascos en el Exterior, como herramienta que establezca un reconocimiento ordenado de los derechos de la ciudadanía vasca en el mundo y fortalezca su relación con Euskadi. La Ley deberá recoger también una serie de medidas que faciliten el retorno, el acceso a programas educativos, a la asistencia social, a programas sanitarios o de vivienda”. Ambos partidos de ámbito estatal tienen una amplia representación institucional en el extranjero: PP en el Exterior y PSOE en el Mundo.

La coalición Euskal Herria-Bildu (EH-Bildu), formada por la izquierda abertzale y los partidos Aralar, Alernatiba y EA (con presencia institucional en Argentina), se presenta bajo el lema “Soluzioak zure esku. Es tu momento”. En el apartado de Relaciones Exteriores del Programa Electoral marcan entre sus objetivos fundamentales “estrechar los vínculos con la Diáspora Vasca y los países en los que se integra…” Proponen, entre otras iniciativas, elaborar un “Plan Integral de Juventud de la Diáspora”, un “Plan de Fomento de la participación de la mujer en los centros vascos”, y la creación de un “Centro de Estudios sobre la Migración Vasca”. EH-Bildu ha incluso elaborado un video-mensaje de Laura Mintegi, candidata a Lehendakari, dirigido a la diáspora.

Eusko Alderdi Jeltzailea-Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV) cuenta con la mayor presencia institucional en el extranjero de todos los partidos políticos del ámbito vasco a través de sus históricas Juntas Extraterritoriales de Argentina, Chile, México y Venezuela. Bajo el eslogan “Euskadi Berpiztu. Nuestro Compromiso con Euskadi. Aurrera” el candidato a Lehendakari, Iñigo Urkullu defiende en su Programa Electoral “Compromiso Euskadi” la creación de la red “Global Basque Network” que integre a agentes empresariales en el exterior, las oficinas permanentes y delegaciones del Gobierno Vasco y el mundo asociativo de la diáspora. A su vez se compromete, también, a “reforzar los lazos con la diáspora vasca” con 6 iniciativas: “apoyar a las colectividades y Centros Vascos en el exterior” (por ejemplo, aboga por establecer programas para la formación de las personas jóvenes asociadas a los centros vascos y continuar la recuperación de la memoria histórica de la diáspora); “divulgar la realidad vasca actual en los centros vascos”; promocionar “intercambios juveniles con la diáspora” (por ejemplo, pretende desarrollar un programa de captación de talentos y de promoción de prácticas en empresas vascas entre los jóvenes de los centros vascos repartidos por el mundo); “potenciar las relaciones con las personas vascas en el mundo” a través de la creación de un portal de comunicación en Internet que sirva de relación a todas las personas de origen vasco dispersas por el mundo; “extender la red de centros vascos”; y, finalmente, “desarrollar, con la asistencia, propuesta y colaboración de las colectividades de la diáspora vasca, la política de cooperación y apoyo a los centros, federaciones y a los ciudadanos vascos en el exterior”.

Las elecciones al Parlamento Vasco del 21 de octubre se van a producir en el contexto del fin de la actividad armada de ETA, de la participación de todas las expresiones ideológicas, y de una brutal crisis socio-económica, resultado de un empobrecimiento ético de ciertos sectores de la elite política y financiera. La inclusión de la diáspora vasca en los programas electorales de los principales partidos políticos da cierta normalidad a las relaciones que han de existir entre un país y aquellos de sus ciudadanos que residen en el extranjero. El voto de la diáspora, cuantitativamente hablando, y más aun tras la implantación del voto rogado, no es decisivo en la elección de uno u otro candidato. Quizás por esto, por la falta de un interés partidista en búsqueda de réditos electorales, la voz de la diáspora debe ser más que nunca escuchada y los derechos de los ciudadanos vascos que la conforman protegidos. También ellos, aunque no residan en este momento entre nosotros, son parte de la sociedad vasca—de una sociedad vasca transnacional, abierta y plural. Hoy es tiempo de promesas…

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¿Dónde estabas el 11 de Septiembre?

Eran las 8 y algo de la mañana, encendí el televisor, desayuné, y minutos después fui a afeitarme. Algo me llamó la atención, regresé a la sala y subí el volumen de mi pequeña televisión de segunda mano. En la pantalla aparecía el rótulo de “America under attack” sobre la imagen de un avión estrellándose contra una de las “torres gemelas” del World Trade Center de Nueva York. No comprendía nada. Al principio creí que se trataba del trailer de una nueva superproducción cinematográfica de Hollywood. Pero algo no encajaba. El periodista continuaba insistiendo en la noticia. Algo estaba pasando y el nerviosismo del locutor pronto traspasó la pantalla. Los minutos transcurrían, y de repente un segundo avión cruzó el cielo en dirección a la segunda torre… explosiones, humo, fuego…pánico…las torres empezaron a derrumbarse como castillos de arena ante una galerna…la televisión hablaba de otros aviones… ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Quién estaba atacando a Estados Unidos?

Salí de casa hacia la universidad. En la vieja biblioteca de la Universidad de Nevada, Reno, Getchell Library, donde se ubicaba el Centro de Estudios Vascos, habían dispuesto un número de televisores alrededor de los cuales la gente se arremolinaba en el más completo silencio. Algunos estudiantes lloraban histéricos, mientras otros intentaban consolarles. Queríamos comprender lo que estaba pasando pero estaba fuera de toda comprensión. Las noticias no aclaraban nada y todos los canales repetían constantemente la imagen del derrumbe de las torres gemelas. Día tras día, noche tras noche, las 24 horas del día, las mismas imágenes… Solamente el paso del tiempo nos ofreció una explicación más nítida de lo que ocurrió esa mañana del 11 de Septiembre de 2001. Por el momento todo era confusión y caos.

Al mediodía, irónicamente, teníamos programado hablar de “terrorismo” y “violencia política” en la clase que impartía Joseba Zulaika, Director del Centro de Estudios Vascos. Obviamente no era el momento más propicio para abordar dicho tema. En esta terrible situación, Zulaika propuso a los alumnos, visiblemente afectados, la posibilidad de hablar sobre los trágicos acontecimientos ocurridos unas pocas horas antes. Fue una clase memorable. La palabra se convirtió en un bálsamo que catalizaba angustias y temores. Nos apaciguó.

9/11(Imagen:  National September 11 Memorial & Museum)

Medios de comunicación (New York Times), bibliotecas públicas (Library of Congress), programas universitarios de Historia Oral (Columbia University), y departamentos de Psicología de todo el país no tardaron mucho en empezar a recoger miles de testimonios directos e indirectos sobre el “11 S”. Los objetivos eran ofrecer una ayuda directa a las personas más afectadas por los sucesos a la vez que preservar la memoria de los testigos directos de aquel desgraciado hecho histórico. El proceso de duelo colectivo de la sociedad estadounidense había comenzado. La memoria y el recuerdo se transformaron en los ejes de vertebración de la post-América del 11 de Septiembre. “Nunca olvidaremos” (“We will never forget”) se convirtió en el nuevo lema americano.

Sin embargo, las palabras no fueron suficientes para contrarrestar la inseguridad de la población. Las acciones recobraron protagonismo y la retórica bélica se impuso al discurso de la reconciliación. El periodista norteamericano John Carlin escribía hace unos días sobre las desastrosas consecuencias que trajo consigo las medidas “preventivas” que el gobierno de Estados Unidos puso en marcha en respuesta a los atentados del 11 de Septiembre. Carlin estimaba que hasta la fecha las guerras en Afganistán e Irak habían provocado entre 250.000 y 1 millón de víctimas mortales con un gasto cercano a los 4 billones de dólares. Uno no puede más que preguntarse por los horrores de los que habrán sido testigos los habitantes de ambos países.

Y tú ¿dónde estabas el 11 de Septiembre?

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Entre Culturas

En memoria de Alberto Alday Garay

Durante décadas algunos académicos y políticos consideraron inevitable, e incluso deseable, la asimilación gradual y linear de inmigrantes en las sociedades de acogida. Los efectos sociales del fenómeno migratorio eran vistos como negativos, al entender que se producía una alteración del tejido social, lo que en su opinión conllevaba una pérdida de la cohesión social y una fuente permanente de conflictos por desencuentros culturales. Por ejemplo, en Estados Unidos, bajo el paradigma del “melting pot” los inmigrantes estaban “condenados” a “mezclarse” con el resto de la sociedad en búsqueda de una mayor homogeneidad, cohesión social e identidad nacional común a todos. La asimilación fue entendida en términos de “matrimonios mixtos” (entre inmigrantes y la población de la sociedad de acogida), de incremento de relaciones personales, culturales, sociales y laborales entre la población inmigrante y la local, y desde la pérdida de rasgos identitarios de la población inmigrante y sus descendientes tales como la lengua o la religión.

Sin embargo, las teorías que auspiciaban el éxito del “melting point” fueron desmontadas una a una con el paso del tiempo. Es decir, la asimilación no era una línea recta que llevara a los inmigrantes a su aculturación total, a su absorción por el resto de la sociedad, conllevando la pérdida de la identidad de sus países de origen. De igual manera, los descendientes de poblaciones inmigrantes tampoco estaban más asimilados necesariamente que sus predecesores. La asimilación no era irreversible o inevitable. Aun más, las consecuencias sociales del fenómeno migratorio en la sociedad de acogida empezaron a entenderse como positivas en términos de revitalización demográfica y económica, integración social e intercambio cultural.

En Euskadi, aproximadamente unas 145.000 personas (6.6% del total de la población) tienen nacionalidad extranjera mientras otras 35.000 personas de origen extranjero habrían adquirido la nacionalidad española. Nuestros nuevos vecinos “inmigrantes”—caracterizados por su gran diversidad geográfica, cultural, religiosa, lingüística y étnica—se unen a aquellos otros que ya tiempo atrás abandonaron sus hogares con el objetivo de reiniciar una nueva vida. Todos ellos, incluyendo a nuestros propios emigrantes, han conformado una Euskadi de diásporas—una extensa y densa red de interconexiones transnacionales. En este contexto, la Asociación Retbask_Arreba (Asociación de Retornados/as Vascos/as, Descendientes de Vascos/as y familiares) ha sido recientemente constituida con el objetivo de “dar cabida y respuestas a los emigrantes vascos/as de retorno, así como a su descendencia y familiares…”Buscamos acercar”, según comentan sus impulsores, “la realidad de Euskal Herria a las personas que en algún momento emigraron por diferentes circunstancias y que hoy hacen el camino inverso: ‘el retorno’, siendo ellas mismas quienes lo hacen o sus descendientes y familiares”.

Betto Snay en el Festival Gentes del Mundo, Bilbao, 2010

Ante una sociedad vasca cada vez más compleja y diversa, y teniendo en cuenta las asimetrías socio-económicas y de poder que existen entre los diferentes individuos y comunidades que la componen ¿qué grado de interculturalidad—entendiendo por interculturalidad la interacción e interrelación activa entre grupos diferenciados por aspectos culturales, religiosos, lingüísticos o étnicos—existe en Euskadi? ¿Cuál es el papel que las asociaciones de inmigrantes (y de retornados) e instituciones representativas de la sociedad vasca pueden desempeñar en los procesos de interculturalidad que, por ejemplo, ayuden a contrarrestar prejuicios y actitudes negativas hacia los inmigrantes y retornados, favorezcan la inclusión socio-económica, política y laboral de los más desfavorecidos, y suavicen las distinciones culturales entre dichos colectivos y la sociedad en la que se integran?

Actuación de la Casa de Asturias de Bilbao, Bilbao, Mayo 2011. Fotografía de P.J. Oiarzabal

(Actuación de la Casa de Asturias de Bilbao, Bilbao, Mayo 2011. Fotografía de P. J. Oiarzabal)

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Sueños vascos en tierras americanas

Desde mediados del siglo diecinueve a mediados del siglo veinte, los Estados Unidos de América fueron testigos de la llegada de millones y millones de inmigrantes, mayormente de origen europeo. Entre ellos se encontraban miles de vascos procedentes de ambas vertientes de los Pirineos. Se estima que durante ese periodo de tiempo aproximadamente 12 millones de inmigrantes atravesaron Ellis Island, la llamada “puerta a América”, en su llegada al puerto marítimo de Nueva York. Hoy en día, el origen de un tercio del total de la población estadounidense se remonta a aquellos primeros inmigrantes que llegaron al país a través de Ellis Island.

Ellis Island está situada al norte de Liberty Island, donde se encuentra la Estatua de la Libertad (La Libertad Iluminando al Mundo) erigida en 1886, símbolo por excelencia del llamado “sueño americano”. En la base de la Estatua de la Libertad está inscrito el poema “El Nuevo Coloso” de Emma Lazarus. El poema refleja perfectamente el espíritu de aquella América. Describe a la estatua como la “madre de los exiliados”, mientras Estados Unidos es imaginada como “la puerta de oro” de entrada a un nuevo mundo para los recién llegados, lejos de opresiones y pobreza. América ofrecía a todos estos inmigrantes suplir las carencias de sus países de origen. Les ofrecía la posibilidad de libertad en términos religiosos y políticos y de prosperidad económica en términos de una cuasi-ilimitada movilidad social. Muchos vascos al igual que muchos de sus vecinos europeos optaron por emigrar para conseguir una mejor calidad de vida y mayores cuotas de libertad que las dejadas en sus países de origen. Eran los sueños de vascos, italianos, o irlandeses que intentaban hacer realidad en tierras estadounidenses, al igual que previamente habían intentado conseguir, con mayor o menor éxito, en países como Argentina, Uruguay o Chile.

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(The Martin Hotel, Winnemucca, Nevada. Photo by Pedro J. Oiarzabal)

Algunos de aquellos emigrantes que a base de esfuerzo, sacrificio y trabajo duro pudieron ahorrar el suficiente dinero, optaron por regresar a sus casas después de años de ausencia. ¿Cuándo creéis que todos esos emigrantes consiguieron alcanzar el “sueño americano” o el “sueño vasco en tierras americanas”? ¿Creéis que lo alcanzaron en América o a su regreso a la Euskal Herria añorada?

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Basque Club de San Francisco: Bertso a bertso desde 1960

En Junio de 1960, los célebres bertsolaris Fernando Aire “Xalbador” y Mattin Treku viajaron a Estados Unidos para actuar ante las comunidades vascas de La Puente y Bakersfield en California y de Reno en Nevada, así como también en el picnic anual de la asociación francesa de San Francisco, Les Jardiniers Français, la cual estaba compuesta por un número considerable de vascos. Se estima que hacia 1955 más de dos tercios de la población vasca de la Bahía de San Francisco trabajaba en el sector de la jardinería. Al picnic de Les Jardiniers que tuvo lugar el día 19 en el Parque Saratoga Springs acudieron unas 2.500 personas. Durante la actuación de Xalbador y Mattin, el micrófono dejó de funcionar inesperadamente y el espectáculo se suprimió ante la profunda decepción de los propios bertsolaris y el enojo de los vascos que habían acudido a verles. A día de hoy, algunos continúan creyendo que fue un claro acto de sabotaje, para otros un simple problema técnico.

De cualquier modo, la reacción del sector más joven de la comunidad vasca de San Francisco no se hizo esperar. A finales de Junio fundaron el Basque Club of California (Club Vasco de California, o Basque Club de San Francisco) bajo la dirección de Claude Berhouet (natural de Donazaharre y por aquel entonces dueño del Hotel de France en San Francisco), con los objetivos de proteger y promocionar la cultura vasca y el Euskera. Hacia Octubre de 1960, el club había conseguido reunir a cien socios.

Xalbador y Mattin en camino hacia San Francisco, 1960. De izquierda a derecha: André Ospital, Xalbador, Michel Labéguerie, Mattin y Charles Iriart (Cortesía de la Colección Urazandi de San Francisco).

Xalbador y Mattin en camino hacia San Francisco, 1960. De izquierda a derecha: André Ospital, Xalbador, Michel Labéguerie, Mattin y Charles Iriart (Cortesía de la Colección Urazandi de San Francisco).

El Basque Club de San Francisco tenía como precedentes a las relativamente efímeras Sociedad Vascongada de Beneficencia Mutua y al Zazpiak Bat Club creadas a principios de la década de 1920. El Basque Club rápidamente instituyó su primer picnic en 1961, un torneo de mus en 1963 y un campeonato de pelota en 1968, todos ellos de carácter anual. A su vez creo dos grupos de danzas (Zazpiak Bat y Gazteak) en 1960 y 1961 respectivamente, una banda de klika (Zazpiak Bat) en 1964 y un coro (Elgarrekin) en 1979. Pronto se convirtió en uno de los clubs vascos más activos de California y por ende del Oeste Americano.

La emigración vasca hacia California había florecido a lo largo del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Miles de vascos fueron atraídos por la posibilidad de encontrar trabajo en la industria ovina del Oeste Americano. Consecuentemente, a la par que la población vasca aumentaba en San Francisco y a imitación del Basque Club se crearon diferentes asociaciones socio-culturales en la Bahía que culminaron en la construcción en 1982 de su primera euskal etxea, el Basque Cultural Center, cuya asociación promotora fue establecida en 1979. Las organizaciones que surgieron a lo largo de los años fueron: Menlo Park Zazpiak Bat (1964); Basque Educational Organization (1984), Marin-Sonoma Basque Association (1989) y Anaitasuna Basque Club (1991). Hoy en día todas ellas continúan activas con excepción de la de Menlo Park que se disolvió en 1983.

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Este año el Basque Club de San Francisco cumple medio siglo de vida y cuenta con el segundo mayor número de socios, unos 300, tras el Basque Cultural Center. Para conmemorar dicha efeméride el Basque Club ha invitado a Maialen Lujanbio y Andoni Egaña para que actúen en el Basque Cultural Center de South San Francisco el día 13 de Marzo. ¿Qué mejor tributo a Xalbador y a Mattin—los instigadores involuntarios del resurgir del asociacionismo vasco en San Francisco—y al Euskera en tierras americanas, que la actuación de dos de las figuras más representativas del bertsolarismo actual? Esta vez los bertsolaris invitados no estarán solos si no que les acompañaran los cuatro bertsolaris en activo de Estados Unidos: Gratien Alfaro, Johnny Curutchet, Jesús Goñi y Martin Goicoechea. Curutchet, Goñi y Goicoechea junto a Jesús Arriada, hoy en día retirado del bertsolarismo, recibieron el 20 de Septiembre de 2003 el National Endowment for the Arts National Heritage Fellowship, el máximo galardón relacionado con la preservación de tradiciones culturales y folklóricas otorgado en Estados Unidos.

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