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Tiempo de promesas

“Las promesas son olvidadas por los príncipes, nunca por el pueblo”

Giuseppe Mazzini (1805-1872)

Aquellos vascos de la diáspora que han optado por participar con su voto en las sucesivas elecciones al Parlamento de la Comunidad Autónoma de Euskadi lo han hecho de forma muy coincidente en su preferencia política a la de sus conciudadanos residentes en el país. Sin embargo, mientras, por ejemplo, en las elecciones al Parlamento Vasco de 2009 casi un 65% de las personas residentes en Euskadi con derecho al voto lo ejercieron, en la diáspora el porcentaje no llegaba al 16. Lo que es evidente es que todo voto tiene su relevancia, aunque ésta sea muy relativa. En una clara disputa entre el Partido Socialista (PSE-EE PSOE) y Eusko Alkartasuna (EA) por el designio de un asiento parlamentario por la provincia de Araba, el voto de la diáspora otorgó el escaño al PSE-EE PSOE, facilitando la elección de Patxi López como primer Lehendakari no nacionalista vasco sin necesidad de más apoyo que el de sus compañeros de grupo parlamentario y el de los del Partido Popular (PP).

Según el Censo Electoral de Residentes Ausentes en las elecciones al Parlamento de Euskadi del próximo 21 de octubre de 2012 podrán votar 56.640 electores residentes en el extranjero con municipio de inscripción en Euskadi de un total de 1.718.696 electores. Es decir, el voto de la diáspora representa un 3,29% del total del electorado vasco.

Número de electores vascos residentes-ausentes en el extranjero por países con más de 999 electores vascos (Fuente: Instituto Nacional de Estadística, septiembre de 2012).

País de Residencia Nº Electores
FRANCIA

9.979

ARGENTINA

9.740

VENEZUELA

5.378

MÉXICO

5.263

CHILE

3.939

ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

3.287

REINO UNIDO

3.094

ALEMANIA

1.927

URUGUAY

1.411

SUIZA

1.079

BÉLGICA

1.069

Tal y como muestra la tabla el mayor número de países con más de 999 electores vascos se encuentra en el continente americano, constituyendo un 51,30% del total del electorado vasco en el extranjero. A éste le sigue el electorado residente en países de Europa con un 30,31%.

Según indica la Oficina del Censo Electoral, del total de vascos residentes-ausentes que viven en el extranjero inscritos en Euskadi que podían solicitar el voto por correo para las próximas elecciones vascas, solamente un 11,15% (6.320) de ellos lo han hecho: 3.000 se encuentran inscritos en municipios de Gipuzkoa; 2.767 en municipios de Bizkaia; y 553 en ayuntamientos de Araba. El mayor número de vascos registrados para votar se encuentran en los siguientes países: Francia (2.310), Argentina (759), Reino Unido (397), Alemania (366), y Estados Unidos (334). Esto significa que el electorado de la diáspora en relación al total del electorado vasco ha disminuido drásticamente hasta un paupérrimo 0,36%! ¿Desidia, hartazgo con la clase política, falta de compromiso político con el autogobierno vasco, despreocupación por Euskadi…o simplemente el desconocimiento de la implantación del voto “rogado”? Sinceramente no me atrevo a aventurar una respuesta sin disponer de más información. Todo indica que la complejidad del nuevo sistema de voto rogado establecido en 2011 (Ley Orgánica 2011, de 28 de enero)—por el que todo residente-ausente tiene que comunicar personalmente y por escrito su voluntad de votar—ha propiciado que la participación de comunidades emigrantes como la asturiana o la andaluza en sus respectivos comicios autonómicos de 2012 haya caído a mínimos históricos. Por ejemplo, en las elecciones al Parlamento Gallego de marzo de 2009, un 28,7% de gallegos residentes en el extranjero votaron. Con la introducción del voto rogado, un mero 5,9% del electorado de la diáspora gallega va a poder ejercer el derecho de voto en las elecciones al Parlamento Gallego del 21 de octubre.

Como explica la Oficina del Censo Electoral los residentes en el extranjero pueden votar depositando personalmente su voto en el consulado o embajada en la que se encuentre inscrito—entre el 17 y el 19 de octubre—o bien remitiendo su voto por correo certificado a las sedes diplomáticas antes del 16 de octubre. Ahora bien, ¿cuántos de los 6.320 ciudadanos vascos que han solicitado el voto ejercerán tal derecho? ¿Cuántos se abstendrán? ¿Cuántos votos serán nulos o irán en blanco?

En la otra cara de la moneda política de nuestro peculiar mundo, los cuatro grandes partidos de la escena política vasca han tenido en cuenta, aunque con diferente intensidad y empatía, a la diáspora en sus respectivos programas electorales de cara a la cita electoral del 21 de octubre. ¿Dónde queda la sociedad vasca más allá de las fronteras de Euskadi para los partidos políticos que concurren a las elecciones al Parlamento Vasco?

hauteskundeak

Bajo el eslogan “#somos+del51% los que nos sentimos Vascos y Españoles” Antonio Basagoiti, candidato del PP a Lehendakari, aboga por la desaparición de las Delegaciones del Gobierno Vasco en el exterior, sojuzgando toda acción exterior del Gobierno Vasco a la red de embajadas y consulados del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España. Desde el “Estamos en lo que hay que estar. Guk, gure bidea” Patxi López, candidato del PSE-EE PSOE a Lehendakari, promete en su Programa Electoral promover “la Ley del Estatuto de los Vascos en el Exterior, como herramienta que establezca un reconocimiento ordenado de los derechos de la ciudadanía vasca en el mundo y fortalezca su relación con Euskadi. La Ley deberá recoger también una serie de medidas que faciliten el retorno, el acceso a programas educativos, a la asistencia social, a programas sanitarios o de vivienda”. Ambos partidos de ámbito estatal tienen una amplia representación institucional en el extranjero: PP en el Exterior y PSOE en el Mundo.

La coalición Euskal Herria-Bildu (EH-Bildu), formada por la izquierda abertzale y los partidos Aralar, Alernatiba y EA (con presencia institucional en Argentina), se presenta bajo el lema “Soluzioak zure esku. Es tu momento”. En el apartado de Relaciones Exteriores del Programa Electoral marcan entre sus objetivos fundamentales “estrechar los vínculos con la Diáspora Vasca y los países en los que se integra…” Proponen, entre otras iniciativas, elaborar un “Plan Integral de Juventud de la Diáspora”, un “Plan de Fomento de la participación de la mujer en los centros vascos”, y la creación de un “Centro de Estudios sobre la Migración Vasca”. EH-Bildu ha incluso elaborado un video-mensaje de Laura Mintegi, candidata a Lehendakari, dirigido a la diáspora.

Eusko Alderdi Jeltzailea-Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV) cuenta con la mayor presencia institucional en el extranjero de todos los partidos políticos del ámbito vasco a través de sus históricas Juntas Extraterritoriales de Argentina, Chile, México y Venezuela. Bajo el eslogan “Euskadi Berpiztu. Nuestro Compromiso con Euskadi. Aurrera” el candidato a Lehendakari, Iñigo Urkullu defiende en su Programa Electoral “Compromiso Euskadi” la creación de la red “Global Basque Network” que integre a agentes empresariales en el exterior, las oficinas permanentes y delegaciones del Gobierno Vasco y el mundo asociativo de la diáspora. A su vez se compromete, también, a “reforzar los lazos con la diáspora vasca” con 6 iniciativas: “apoyar a las colectividades y Centros Vascos en el exterior” (por ejemplo, aboga por establecer programas para la formación de las personas jóvenes asociadas a los centros vascos y continuar la recuperación de la memoria histórica de la diáspora); “divulgar la realidad vasca actual en los centros vascos”; promocionar “intercambios juveniles con la diáspora” (por ejemplo, pretende desarrollar un programa de captación de talentos y de promoción de prácticas en empresas vascas entre los jóvenes de los centros vascos repartidos por el mundo); “potenciar las relaciones con las personas vascas en el mundo” a través de la creación de un portal de comunicación en Internet que sirva de relación a todas las personas de origen vasco dispersas por el mundo; “extender la red de centros vascos”; y, finalmente, “desarrollar, con la asistencia, propuesta y colaboración de las colectividades de la diáspora vasca, la política de cooperación y apoyo a los centros, federaciones y a los ciudadanos vascos en el exterior”.

Las elecciones al Parlamento Vasco del 21 de octubre se van a producir en el contexto del fin de la actividad armada de ETA, de la participación de todas las expresiones ideológicas, y de una brutal crisis socio-económica, resultado de un empobrecimiento ético de ciertos sectores de la elite política y financiera. La inclusión de la diáspora vasca en los programas electorales de los principales partidos políticos da cierta normalidad a las relaciones que han de existir entre un país y aquellos de sus ciudadanos que residen en el extranjero. El voto de la diáspora, cuantitativamente hablando, y más aun tras la implantación del voto rogado, no es decisivo en la elección de uno u otro candidato. Quizás por esto, por la falta de un interés partidista en búsqueda de réditos electorales, la voz de la diáspora debe ser más que nunca escuchada y los derechos de los ciudadanos vascos que la conforman protegidos. También ellos, aunque no residan en este momento entre nosotros, son parte de la sociedad vasca—de una sociedad vasca transnacional, abierta y plural. Hoy es tiempo de promesas…

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2003, 2011

“Vosotros sois la cara de Euskadi en el mundo. La valoración que merecemos en el mundo es por el trabajo que vosotros estáis realizando”

(Juan José Ibarretxe, 2003)

“Se nos conocerá todavía más por el país abierto, integrador, moderno, sostenible y solidario que somos”

(Patxi López, 2011)

Durante las últimas tres décadas, la lucha contra la violencia ha sido central en los discursos de los representantes gubernamentales tanto de las administraciones nacionalistas como de la socialista en relación a la diáspora vasca. El Gobierno Vasco ha intentado contrarrestar las consecuencias de la violencia de ETA promocionando en el exterior la imagen pacífica de Euskadi. Consecuentemente, uno de los objetivos del Gobierno Vasco ha sido el de conseguir que la propia diáspora vasca se encargue de transmitir el mensaje de una Euskadi pacífica y socio-económicamente próspera en sus países de residencia. El gobierno ha invitado repetidamente a la diáspora institucional a tener un papel activo en la política internacional del ejecutivo promocionando la “verdadera” imagen de Euskadi—postmoderna, pacífica y tolerante.

Las constantes peticiones del Gobierno Vasco hechas a la diáspora para promover la imagen pacífica de la sociedad vasca alcanzaron un punto álgido cuando los líderes institucionales de la diáspora vasca emitieron una declaración institucional en el Tercer Congreso Mundial de las Colectividades Vascas (Vitoria-Gasteiz, 14-18 de julio de 2003) que explícitamente condenaba por primera vez a ETA y sus acciones. En la ceremonia inaugural del congreso el Lehendakari Juan José Ibarretxe solicitó a la diáspora una respuesta directa a la “terrible e inhumana violencia” de ETA para prevenir que la imagen de Euskadi en el exterior continuase siendo distorsionada.

En el último día del congreso, se emitió una declaración institucional, teóricamente aprobada por todos los delegados. La diáspora asumía su papel en la promoción de la “verdadera” imagen de Euskadi, e iba un paso más allá condenando a ETA y demandando su final por primera vez en su historia. La politización de la diáspora era más evidente que nunca. La declaración de 2003 unía paz con el desmantelamiento de ETA y el fin negociado del conflicto político histórico. A los ojos de la sociedad vasca y del resto del mundo, esta declaración suponía la desaprobación inequívoca de ETA por parte de la diáspora como un ente unitario. La declaración fue incorporada a las actas del congreso pero no fue fruto de un consenso compartido por la mayoría de los participantes. De hecho, el borrador no fue bien recibido por muchos de los delegados. Las objeciones fueron dirigidas a la “naturaleza política” del documento por la inclusión de la referencia a ETA. Otros delegados adujeron la falta de autorización de sus juntas directivas para firmar un “documento político”. Sin embargo, no hubo objeciones a las demandas de un diálogo político para la obtención de la paz o el derecho de autodeterminación del Pueblo Vasco. ¿No se consideraban dichas demandas políticas en naturaleza?

Dentro del contexto histórico de la declaración del “cese definitivo de la actividad armada” de ETA del 20 de octubre de 2011, el actual Secretario General de Acción Exterior, Guillermo Echenique comentó durante la presentación del Quinto Congreso Mundial (Donostia-San Sebastián, 2-4 de noviembre de 2011), “los vascos en el exterior en general y los centros vascos en particular deben de ser agentes de este nuevo tiempo trasladando la imagen real del País Vasco, las ansias infinitas de paz de los vascos y contribuyendo a la deslegitimación de la violencia” (El Mundo, 31 de octubre de 2011). Aún más, Echenique esperaba que las conclusiones del congreso incluyesen alguna referencia al fin de la violencia de ETA (Deia, 1 de noviembre de 2011).

V Congreso Mundial 2011

(Reconocimiento de la labor centenaria del “Centro Vasco Zazpirak Bat” de Rosario, Argentina  en el V Congreso Mundial de Colectividades Vascas (2 de Noviembre de 2011). De izquierda a derecha: Guillermo Echenique, Patxi López, y Julián Celaya, Director para los Ciudadanos y Colectividades Vascas en el exterior. Fotografía de P. J. Oiarzabal).

La delegación de Perú presentó el borrador de una declaración que “celebrará el fin de la violencia de ETA” para ser incluida en el documento de conclusiones. Los delegados contrarios a la inclusión de dicha declaración expusieron idénticos argumentos a los de ocasiones anteriores: la falta de un mandato de sus juntas directivas y la prohibición de discutir asuntos de carácter político. La campaña a las Elecciones Generales Españolas del 20 de noviembre de 2011 comenzó en la noche del tres de noviembre, y el borrador fue presentado el día cuatro. Para algunos delegados el apoyo a la declaración podría ser entendido como un apoyo directo a la candidatura del Partido Socialista. Otros insinuaron que el borrador había sido impulsado por el propio Gobierno Vasco. La declaración nunca fue aprobada.

Las expectativas de la administración socialista para involucrar a la diáspora institucional en el nuevo contexto post-ETA no alcanzaron su objetivo. César Arrondo, un observador vasco-argentino en el congreso, condenó enérgicamente a la diáspora institucional representada en el foro por no firmar una declaración a favor de la paz en Euskadi, lo que demostraba, a su juicio,  “el poco compromiso” con el país. Arrondo preguntaba, “¿Qué creen que hacen estos delegados en sus casas vascas, sino hacer política, cuando colocan la ikurriña, festejan el Aberri Eguna o hacen mención al Zazpirak Bat?”.

La declaración de 2003—bajo administración nacionalista—y la de 2011—bajo administración socialista—demuestran la división política de la diáspora y su debilidad como un ente unitario. Casi una década ha transcurrido entre una y otra declaración pero los problemas de comunicación y de búsqueda de un consenso mínimo entre diferentes posturas y retos similares, más allá de los puntuales encuentros que se producen cuatrienalmente entre los diversos países, siguen imperando en la diáspora. Es a todas luces obvio que la diáspora institucional no es una comunidad homogénea libre de tensiones y desacuerdos. Pero dicho esto, esta división no es blanca o negra. Es decir, no es estar a favor de ETA o en contra de ETA, sino de sentirse utilizado abiertamente por propósitos partidistas, los cuales van en contra de los principios de la supuesta naturaleza apolítica y apartidista que sustentan a la mayoría de las asociaciones de la diáspora. La fractura ideológica existente entre diversos segmentos de la diáspora institucional—particularmente entre Europa y Suramérica—neutraliza cualquier interpretación preconcebida de la diáspora como una entidad pasiva y homogénea. Se evidencia que a día de hoy la diáspora vasca es tan plural, incluso políticamente, como lo es la propia sociedad vasca.

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