Tag Archives: Euskera

Decide

a:  to make a final choice or judgment about

b:  to select as a course of action

c:  to infer on the basis of evidence:  conclude

d:  to bring to a definitive end

e:  to induce to come to a choice

f:  to make a choice or judgment

Within the context of the swell and unparalleled power that we individuals are able to exercise in the so-called Western society regarding the ability to choose from an unborn baby’s sex to religion, citizenship and even physical aspect, it is incomprehensible how difficult it becomes when addressing the issue of exercising the rights of political national groups and their capability to decide on a collective basis.

From the 28th to the 30th of May, international experts debated the meaning of Basque nationhood in a globalizing world in Bilbao. Organized by the International Catalan Institute for Peace, the Peace Research Institute of Oslo, and the University of the Basque Country, the meeting explored the meaning of sovereignty from many different angles as it is everyday practiced. On the last day of the conference, local social groups shared their experiences on practicing “sovereignty” by acting upon it on their daily decisions, for instance, about promoting the use of the Basque language, Euskera, the respect for our environment, and defending the workers’ rights. Among those groups, Gure Esku Dago (It’s in our hands) embodies this theoretical concept of “sovereignty” as an initiative in favor of the right to decide. On the 8th of June, this popular initiative will organize a human chain of 123 kilometers uniting the cities of Durango (Bizkaia) and Iruña (Navarre). As of today, more than 100,000 people are supporting the event, in the homeland as well as in the diaspora.

Gure-Esku-Dago-Argentina“Gure Esku Dago” in Argentina. Supported by the Federation of Basque-Argentinean Entities (FEVA).

Coincidentally, on the 29th the Basque Autonomous Community Parliament (Basque Parliament, hereafter) adopted, by a majority vote, a resolution on the right of self-determination of the Basque People as a basic democratic right as it previously did in 1990, 2002 and 2006. Two days and 20 years earlier, the Public Law 8/1994, passed by the Basque Parliament, became the current legal framework of institutional relationship between the Basque Autonomous Community and the diaspora, which was established in order to “preserve and reinforce links between Basque Communities and Centers on the one hand, and the Basque Country on the other hand,” and to “facilitate the establishment of channels of communication between Basque residents outside the Basque Autonomous Community, and the public authorities of the latter.” Indeed, the passing of the law itself became a clear act of sovereignty, which legally recognized the existence of a large population of Basque people outside its administrative borders—a true transnational  community of citizens—and provided a formal framework for collaboration. Looking back there is a need to acknowledge the visionary work done by Karmelo Sáinz de la Maza—the main person behind the law—or the late Jokin Intxausti—the first government delegate in charge of re-establishing contacts with the various Basque diaspora associations and communities—among many others.

Carmelo_Urza_Jokin_Intxausti_and_William_A_DouglassCarmelo Urza, Jokin Intxausti, and William Douglass, at the then Basque Studies Program, University of Nevada, Reno (UNR), 1986. Photo Source: Basque Library, UNR.

Also, the anniversary of the Law 8/1994, which surprisingly has passed unnoticed, offers us an opportunity to rethink our identity in terms of a borderless citizenship within the context of the current Basque presence in the world. The fact is that the reality of today’s mobility and return to the Basque Country is quite different from past emigration waves. It is necessary, in my opinion, to adequate the law to the new flows of migration and return, while enhancing and strengthening the programs towards the needs and demands of individuals and associations with the goal of intertwining a solid global network based on common interests.

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Tiempos nuevos

“Ves cosas y dices, ‘¿Por qué?’ Pero, yo sueño cosas que nunca fueron y digo, ‘¿Por qué no?’”.

George Bernard Shaw (Back to Methuselah, 1921)

Si comenzábamos el año viajando a la Isla de Irízar de la Antártida Argentina, lo despedimos desde las Islas de Diómedes (65° 47’ 0” N, 169° 1’ 0” O), situadas en la mitad del Estrecho de Bering, al sur del círculo polar Ártico. Están formadas por Diómedes Mayor (Inaliq), la cual pertenece a la Federación Rusa y se encuentra deshabitada, y Diómedes Menor (Ignaluk), habitada por 146 personas de la etnia Iñupiat Inuit, siendo parte de Estados Unidos. Separadas por un canal, éste puede ser atravesado andando cuando se encuentra congelado en invierno y, de esta manera, poder situarnos en una línea imaginaria que atraviesa el planeta de norte a sur. Es el meridiano 180°, coincidente con la línea internacional de cambio de fecha que marca el cambio de día en el calendario, y que sitúa caprichosamente a Diómedes Mayor—al oeste de la línea—a 21 horas por delante de Diómedes Menor—al este—en una distancia física de apenas 4 kilómetros. Consecuentemente, se conoce a Diómedes Mayor como la “Isla del Mañana” y a Diómedes Menor como la “Isla del Ayer”. Propio de una novela de ciencia ficción ¿quién hubiera podido imaginarse que pudiéramos viajar entre el ayer y el mañana y entre el mañana y el ayer, a pie, sin máquina del tiempo alguna, y compartiendo la misma hora solar?

diomedeMapa de las Islas Diómedes con la línea internacional de cambio de fecha (Fuente: Wordatlas).

Y es en esta subjetiva percepción del tiempo, y particularmente, durante los últimos días del año, cuando el mundo parece ralentizarse pero el discurrir del tiempo es el mismo. Y si hay algo en común tanto a las diferentes culturas y tradiciones religiosas que nos han precedido como a las actuales es la obsesión por medir el cambio cronológico, por organizar y controlar la dimensión temporal de nuestra existencia. Desde el reloj de sol hasta el atómico, pasando por el calendario juliano (46 a.C.) que dividía el año en doce meses, el de Constantino I el Grande (321 d.C.) que implantó las semanas en siete días, el calendario gregoriano (1582) que utilizamos oficialmente a día de hoy en casi todo el mundo, hasta la línea internacional de cambio de fecha o el tiempo universal coordinado. Todos han sido intentos de medir el tiempo, pasando de ser esfuerzos locales hasta ser adoptados universalmente. En nuestra pequeña geografía, sería el clérigo protestante labortano Joanes Leizarraga el que escribiera el primer calendario en euskera, Kalendrera, y quien también tradujera, por primera vez, el Nuevo Testamento al euskera, ambos publicados en 1571.

En nuestro pensamiento el tiempo parece no transcurrir y recordamos a aquellos que nos han dejado a lo largo del año y aquellos otros que nos dejaron tiempo atrás. Y a pesar de la abrumadora crisis—también de valores—que nos asola y de los malos presagios que pretenden ahogar nuestra ilusión de cara al nuevo año, retemos al futuro desde la esperanza y hagamos realidad las palabras de Viktor Frankl, superviviente del Holocausto: “Quien tiene un ‘porqué’ para vivir, encontrará casi siempre el ‘cómo’”. Permitámonos soñar y preguntarnos “¿por qué no?”. Un nuevo tiempo comienza.

Jai Zoriontsuak eta Urte Berri On!!!

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Etxea

En memoria de Gonzalo Melendo Quesada e Iñaki Beti

“Geográficamente, el hogar es determinado lugar de la superficie terrestre. El lugar en que me encuentro es mi “morada”; el lugar donde pienso permanecer es mi “residencia”; el lugar de donde provengo y quiero ir es mi “hogar”. Pero no es sólo el lugar mi casa, mi habitación, mi jardín, mi ciudad. Sino todo lo que representa”

(Alfred Schutz, La Vuelta al Hogar, 1974)

Todo proceso migratorio conlleva una “ganancia” pero también una “pérdida” que afectan a la propia identidad del emigrante tanto en su capacidad de adaptación al nuevo país de acogida como en su capacidad por sobrellevar la separación tanto de los familiares y amigos como de la cultura, lengua y país. ¿Qué representa el hogar tanto para los cientos de miles de emigrantes y exiliados vascos, como para aquellos que retornaron o aquellos otros que permanecieron en el país?

No es de extrañar los intentos por parte de emigrantes, exiliados y sus descendientes por querer construir un nuevo espacio donde recrear un nuevo hogar, ya sea temporal o permanente, en el que revivir lo dejado atrás y lo heredado de generación en generación. Un espacio que articula el pasado y el presente, y que se encuentra a caballo entre el país de sus antepasados y el país donde han crecido sus hijos e hijas. En sí este nuevo hogar aúna ambos mundos temporales entrelazando emocionalmente la casa abandonada por el padre y la creada para los hijos. Hogares que se multiplican en cada una de las vivencias de aquellos vascos que salieron de Euskal Herria en búsqueda de un mayor grado de felicidad, libertad o de un deseo de prosperar, formando nuevas geografías emocionales que a día de hoy vertebran las diferentes diásporas vascas.

De esta manera, no es ninguna casualidad encontrarse múltiples referencias al hogar, a la casa o etxea, a la familia, o a la amistad en las propias denominaciones de muchas asociaciones vascas del exterior como por ejemplo Hogar Vasco (Madrid), Danak Anaiak (Todos Hermanos), Euskal Anaitasuna (Fraternidad Vasca), Gure Etxe Maitea (Nuestra Amada Casa), Gure Etxea (Nuestro Hogar; General Belgrano, Buenos Aires), Euzko (Eusko) Etxea (La Casa Vasca; Santiago de Chile), Gure Eusko Tokia (Nuestro Sitio Vasco), Etxe Alai (Hogar Feliz), Txoko Alai (Rincón Feliz; Miami), Eusko Aterpea (El Refugio Vasco), Gure Baserria (Nuestro Caserío); Lagun Onak (Buenos Amigos; Las Vegas), Gure Txoko (Nuestro Rincón; Sídney), Euskal Lagunak (Amigos Vascos), o Txoko Lagunartea (El Rincón del Grupo de Amigos).

DSC05268“Gure Euskal Etxea”. Basque Cultural Center, San Francisco (Fotografía: Pedro J. Oiarzabal).

Y el transcurso del tiempo hace que el sentimiento de pertenencia con respecto al país de adopción pueda extenderse y arraigarse entre aquellos emigrantes que optaron por no marcar en el calendario una fecha definitiva de regreso. Una permanencia que da lugar a diversas formas de sentirse y de entender una identidad entre dos culturas y dos hogares siempre cambiantes, y que a la vez se hacen cercanos y lejanos, y que a la vez son conocidos y extraños. Este es el caso de Gonzalo Melendo, andaluz de Córdoba y vasco de adopción. Fue fundador de la Casa Andaluza de Sestao (1984) y su presidente durante 23 años. Falleció el pasado mes de febrero en Madrid a la edad de 75 años. Su última voluntad fue la de ser enterrado en Sestao, en la tierra en la que vivió felizmente durante décadas.

¿Y cuál fue el hogar para aquellos vascos que regresaron a Euskal Herria?

Por ejemplo, según cuenta Koldo San Sebastián, José Hipólito Amias Foruria, nacido en Ispaster (Bizkaia) en 1876, emigró con la edad de 20 años a Estados Unidos, donde fue pastor en el Condado de Malheur del Estado de Oregón. Tras años de estancia en América decidió regresar. En Ispaster construyó un nuevo hogar, una casa solariega a la que llamó “Oregon”. En  la misma localidad de la comarca de Lea Artibai se alza una casa que lleva por nombre “Nevada”, gemela a la de la familia Amias. En la actualidad, en el Condado de Washoe del Estado de Nevada hay una pequeña carretera que lleva por nombre “Ispaster”…a su lado las calles “Navarra”, “Lesaka”, “Pyrenees”, “Euskera”…nos recuerdan la presencia de aquellos vascos que dejaron de transitar esas tierras tiempo atrás, poniendo fin, quizás, a su aventura en América.

Y para vosotros ¿qué es el hogar? ¿Dónde se encuentra vuestro hogar?

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Basque Club de San Francisco: Bertso a bertso desde 1960

En Junio de 1960, los célebres bertsolaris Fernando Aire “Xalbador” y Mattin Treku viajaron a Estados Unidos para actuar ante las comunidades vascas de La Puente y Bakersfield en California y de Reno en Nevada, así como también en el picnic anual de la asociación francesa de San Francisco, Les Jardiniers Français, la cual estaba compuesta por un número considerable de vascos. Se estima que hacia 1955 más de dos tercios de la población vasca de la Bahía de San Francisco trabajaba en el sector de la jardinería. Al picnic de Les Jardiniers que tuvo lugar el día 19 en el Parque Saratoga Springs acudieron unas 2.500 personas. Durante la actuación de Xalbador y Mattin, el micrófono dejó de funcionar inesperadamente y el espectáculo se suprimió ante la profunda decepción de los propios bertsolaris y el enojo de los vascos que habían acudido a verles. A día de hoy, algunos continúan creyendo que fue un claro acto de sabotaje, para otros un simple problema técnico.

De cualquier modo, la reacción del sector más joven de la comunidad vasca de San Francisco no se hizo esperar. A finales de Junio fundaron el Basque Club of California (Club Vasco de California, o Basque Club de San Francisco) bajo la dirección de Claude Berhouet (natural de Donazaharre y por aquel entonces dueño del Hotel de France en San Francisco), con los objetivos de proteger y promocionar la cultura vasca y el Euskera. Hacia Octubre de 1960, el club había conseguido reunir a cien socios.

Xalbador y Mattin en camino hacia San Francisco, 1960. De izquierda a derecha: André Ospital, Xalbador, Michel Labéguerie, Mattin y Charles Iriart (Cortesía de la Colección Urazandi de San Francisco).

Xalbador y Mattin en camino hacia San Francisco, 1960. De izquierda a derecha: André Ospital, Xalbador, Michel Labéguerie, Mattin y Charles Iriart (Cortesía de la Colección Urazandi de San Francisco).

El Basque Club de San Francisco tenía como precedentes a las relativamente efímeras Sociedad Vascongada de Beneficencia Mutua y al Zazpiak Bat Club creadas a principios de la década de 1920. El Basque Club rápidamente instituyó su primer picnic en 1961, un torneo de mus en 1963 y un campeonato de pelota en 1968, todos ellos de carácter anual. A su vez creo dos grupos de danzas (Zazpiak Bat y Gazteak) en 1960 y 1961 respectivamente, una banda de klika (Zazpiak Bat) en 1964 y un coro (Elgarrekin) en 1979. Pronto se convirtió en uno de los clubs vascos más activos de California y por ende del Oeste Americano.

La emigración vasca hacia California había florecido a lo largo del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Miles de vascos fueron atraídos por la posibilidad de encontrar trabajo en la industria ovina del Oeste Americano. Consecuentemente, a la par que la población vasca aumentaba en San Francisco y a imitación del Basque Club se crearon diferentes asociaciones socio-culturales en la Bahía que culminaron en la construcción en 1982 de su primera euskal etxea, el Basque Cultural Center, cuya asociación promotora fue establecida en 1979. Las organizaciones que surgieron a lo largo de los años fueron: Menlo Park Zazpiak Bat (1964); Basque Educational Organization (1984), Marin-Sonoma Basque Association (1989) y Anaitasuna Basque Club (1991). Hoy en día todas ellas continúan activas con excepción de la de Menlo Park que se disolvió en 1983.

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Este año el Basque Club de San Francisco cumple medio siglo de vida y cuenta con el segundo mayor número de socios, unos 300, tras el Basque Cultural Center. Para conmemorar dicha efeméride el Basque Club ha invitado a Maialen Lujanbio y Andoni Egaña para que actúen en el Basque Cultural Center de South San Francisco el día 13 de Marzo. ¿Qué mejor tributo a Xalbador y a Mattin—los instigadores involuntarios del resurgir del asociacionismo vasco en San Francisco—y al Euskera en tierras americanas, que la actuación de dos de las figuras más representativas del bertsolarismo actual? Esta vez los bertsolaris invitados no estarán solos si no que les acompañaran los cuatro bertsolaris en activo de Estados Unidos: Gratien Alfaro, Johnny Curutchet, Jesús Goñi y Martin Goicoechea. Curutchet, Goñi y Goicoechea junto a Jesús Arriada, hoy en día retirado del bertsolarismo, recibieron el 20 de Septiembre de 2003 el National Endowment for the Arts National Heritage Fellowship, el máximo galardón relacionado con la preservación de tradiciones culturales y folklóricas otorgado en Estados Unidos.

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